CÓMO HACER DEL DEFECTO UNA VIRTUD Tomemos un ejemplo histórico: Demóstenes, el padre de la Oratoria, era tartamudo. La gimnasia que realizó incluía hablar con piedras en la boca y gritar sus mensajes al mar. Esto transformó su fuerza espiritual en un cambio positivo. El hombre es un animal de costumbres. Es el único ser sobre la tierra que pude tener conciencia sobre sus actos y que por lo tanto puede influir sobre ellos. Por lo tanto, tomar conciencia de los círculos viciosos es saltar hacia el círculo virtuoso que lo llevará a la realización de sus deseos. El método ILVEM desarrolla la capacidad de observación y la agudeza sensorial (disminuida en el hombre desde que se separó de la especie animal al ponerse de pie). La abstracción intelectual que generó el ser humano, es un modo de relacionarse con el mundo que implica una pérdida creciente de la sensibilidad, como la de un piloto automático. Su estructura cerebral se basó en el hemisferio izquierdo, patrón de los conceptos y de los mensajes verbales, descuidando al derecho que lo conecta con las emociones y los instintos, es decir, con su pasado animal. En el plano externo perdió el olfato para descubrir las oportunidades. Si bien el piloto automático lo protege de la invasión de los estímulos, no le permite mantener una interfase creativa con la realidad: como quienes miraban al rey desnudo, al que no podían ver así por la barrera del prejuicio, hasta que un niño - ¡cuándo no un niño! - señaló con inocencia esa obviedad. Cuando se logra la introspección – mirar hacia adentro - crece la potencia. Descubrirse a uno mismo aumenta la eficacia de la acción. El que tiene claro lo que quiere, puede lograrlo con mayor facilidad. Al convertir (en el plano interno) defectos en virtudes o en fortalezas que luego hacen palanca, y transformar (en el plano externo) las amenazas en oportunidades, comienza a transitarse por el camino correcto. El éxito no debe asimilarse a la genialidad, por el contrario, se trata de adquirir un método. Es a través de un feedback continuo con el mundo como se evita que un defecto se convierta en hábito. Los errores son ventajas cuando se reconocen ya que no se cometerán la próxima vez. El que nada hace no se equivoca pero tampoco aprende. Edison agradeció a sus 999 errores que le permitieron descubrir la lámpara eléctrica y Lincoln superó 49 fracasos electorales hasta ser Presidente de E.E.U.U. No es sólo por motivación que se alcanza el objetivo, ya que progresar es un deseo de todos. El cambio consiste en aprender su metodología. Estar mal no es el problema sino ignorar ese estado y no tener una visión clara de lo que se pretende. En la historia, el hombre ha recibido 3 heridas a su narcisismo: cuando descubrió que la Tierra no era en el centro del universo, cuando Darwin señaló que descendemos de los simios y cuando Freud detectó que la conducta responde a factores inconscientes. Hoy, nos encontramos frente a una nueva herida: es la creciente disminución de las capacidades humanas frente a la tecnología junto a un progresivo deterioro de los sectores sociales más débiles que son exportados y excluidos del sistema por la lógica abstracta del mercado. Proponemos retornar a los valores espirituales que le dan significado a la vida, recobrando el sentido de trascendencia del hombre, contrastando la lógica fría del mercado del debe ser, por la política del puede ser con la firme convicción de que así será. Para lograrlo, tendremos que nutrirnos de la sabiduría y cambiar el modelo de la fuerza bruta - paradigma de una educación equivocada - bajo el lema "letra con sangre entra", por un modelo ecológico de funcionamiento mental que comparta la frase de Walt Disney: "Si lo puedes soñar lo puedes hacer". * Dr. Horacio Krell, Director de ILVEM. Consultas a horaciokrell@ilvem.com.ar. |