CÓMO SE APRENDE A FABRICAR DINERO La economía es la ciencia de la escasez que estudia la desigualdad entre la restricción de los bienes y las crecientes necesidades del hombre. A los bienes que satisfacen necesidades se accede a través de la oferta y la demanda y se los denomina bienes económicos - los cuales no son ilimitados - como por ejemplo el aire. Tienen valor de uso y valor de cambio insertados en un sistema general de precios. Antiguamente, se recurría al trueque directo para intercambiarlos. Cuando se inventó del dinero se aceleraron los procesos económicos sin el esfuerzo de trasladar los bienes a los mercados en condiciones de escasa información. El problema de la moneda es que tiene que preservar su valor porque si se devalúa disminuye la capacidad de adquirir bienes y servicios y de ahorrar. Además, debe servir de unidad de medida de los precios de los bienes en un sistema económico. En su defecto no se sabe cuánto se pagará o se cobrará y se traban las transacciones. Por último, debe facilitar los intercambios evitando el trueque. La moneda Argentina se desvaloriza. Mientras durante siglos el valor fue intrínseco al metal que le servía de soporte, se pasó luego al papel moneda que representó a las reservas que guardaba el Estado. Al abandonarse el patrón oro la garantía es la credibilidad del país emisor que no proviene del tamaño de la economía – la Argentina supera a la Suiza - sino de sustentar una moneda como reflejo de instituciones sanas, sin déficit ni presión fiscal excesiva, que permita ahorrar e invertir, donde no existan sin piquetes ni cacerolazos, donde se elija por mérito y no por clientelismo político, con consenso general sobre un proyecto de país compartido, donde se cumpla con los compromisos y no se tolere la corrupción. En Argentina esto no ocurre y si nadie se aprieta el cinturón habrá que poner un chaleco de fuerza. Cada país tiene la moneda que se merece. Pero ¿qué puede hacer el individuo ante el caos monetario? ¿Cuál es su alternativa al desastre?. ¿Por qué crecen el trueque y las monedas alternativas como los bonos?. El retorno al pasado es el resultado del retroceso: 4.500 clubes de trueque con 2.500.000 socios que transan con otra moneda – los créditos - y hasta ingresan a la economía formal y crecen mientras ésta languidece. Allí cada individuo se convierte en protagonista de un sistema muy simple: llevando su producción y retirando créditos para comprar lo que necesita. Para muchos el trueque les salvó la vida. El sistema funciona entre socios, pero cuidado: el Estado ya le echó el ojo y puede intervenir para regularlo y para imprimir la nueva moneda. Diariamente los clubes entregan 250.000 créditos a 5.000 nuevos socios y se calculan 7.000.000 de participantes para fin de año. Para integrarse hay que saber producir o hacer algo, entonces sus posibilidades tienen sólo el límite de la creatividad. Hoy se utiliza el trueque hasta para pagar impuestos y como instrumento ante la crisis de empleo y la conflictividad social. Faltando "la moneda" se puede crear el propio dinero para que represente a su emisor, como un símbolo que le permita permutarlo por lo que necesita. Los clubes del trueque tienen límites por su volumen, traslado e información. La Fábrica de Ideas de ILVEM sugiere crear el propio dinero entregando un bono al receptor con el cual éste pueda comprar o canjear dentro o fuera del sistema. Por ejemplo, con un billete propio ILVEM compra en el mercado lo que necesita sin usar dinero. En este momento del progreso–retroceso argentino, el optimista se entusiasma con poder inclinar la situación a su favor. En la adversidad lo que permite progresar es desarrollar la inteligencia. Aprender a Fabricar ideas es generar el dinero del futuro. El mayor capital de ILVEM es recibir de la gente su espíritu, transformado en ideas, que se concretan en proyectos y logros. Porque para tener valor hay que tener valores. * Dr. Horacio Krell, Director de ILVEM. Consultas a horaciokrell@ilvem.com.ar. |