Comunicación personal y digital. La paradoja del consumidor es que compra "intuito persona", es decir que elige según la calidad de la relación. El que se venda mejor generará mejor contacto. Y no lo hará por lo que es, o por la belleza de su mundo interior, sino también por lo qué dice y cómo lo dice, es decir por su marketing personal. Pero si el comprador no llega a conocerlo, por más bueno que sea, no le comprará. Así como nadie instala un negocio en el medio del campo, nadie visita al que está mal posicionado en la web. Sí o sí se necesita marketing digital. Escucha personal, escucha digital. El marketing personal comienza escuchando: tenemos dos orejas y una sola lengua, para escuchar el doble de lo que decimos. El que habla sin escuchar se arriesga a decir lo que el otro rechaza. El marketing digital se anticipa adivinando las palabras que el internauta escribirá en los buscadores de internet. El marketing personal intenta conocer al interlocutor interrogando. El marketing digital convierte al navegante anónimo en un cliente potencial. Obervación personal, observación digital. A la situación, al contexto, hay que saber interpretarlo. Cómo dijo Einstein la imaginación es más importante que el conocimiento. Es común que los profesionales no concuerden sobre lo mismo: ¿ por qué si estudiaron del mismo texto?. La diferencia está en cómo pasan del texto al contexto, de la teoría a la práctica. Aristóteles dijo que la realidad es la única verdad. Lo real no aparece como en el texto, hay que descubrirlo. No sólo es escuchar, comprender es crucial y deriva de la buena escucha. En marketing digital o personal hay capturar la atención del cliente, o se interrumpe el proceso de la venta. Inventar la solución. Una vez que generamos la atención debemos provocar el interés. El que atrae sólo por abstracción aplica un filtro mental. Pensar en concreto es ser más relacional y menos utilitarista, menos científico y más humano. Sin un pensamiento complementario, ni siquiera nos comprendemos a nosotros mismos. Actuar en consecuencia. Capturada la atención, despertado el interés e incrementado al punto del deseo, hay que lograr que el otro responda, logrando la consumación de la venta. Para eso hay que armonizar hechos, emociones, ideas y argumentos, con coherencia en el discurso. En marketing personal el cierre es en vivo y en directo en marketing digital un sitio inteligente cierra negocios con e-commerce. La misión personal. La energía para venderse nace del autoconocimiento. El que no sabe lo que quiere no quiere lo que hace. Al entusiasmo hay que agregarle creatividad, y planificación estratégica, para llevar las ideas a la práctica. La inteligencia ejecutiva requiere cuerpo sano en mente sana. La imagen de quien domina el marketing personal se potencia entrenando su voz, con indumentaria adecuada, y timing. El marketing digital debe generar previamente ese contacto. Si la montaña no va Mahoma, Mahoma debe ir a la montaña. Hay que poder llegar a nuestra base de datos con el producto correcto – que en este caso es uno mismo- al lugar correcto, en el tiempo correcto, con la cantidad correcta y en la forma correcta. El marketing personal integrado con el digital conduce al éxito apuntando al objetivo, cómo dijo Séneca no hay vientos favorables para el que no sabe a qué puerto quiere llegar. Dadme una palanca y moveré el mundo. En esta tarea de "vender" el potencial de uno mismo, el marketing personal digital se cristaliza en una página web propia que combina armónicamente el sistema nervioso humano con el digital. Así como pescar no es tirar la caña al azar en cualquier parte, porque la probabilidad de éxito sería baja, hay que conquistar clientes descubriendo sus hábitos y necesidades. El Doctor Horacio Krell atiende su consulta en horaciokrell@ilvem.com.ar. |