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POR CECILIA DE CASTRO
Ricardo Marchello trabajaba en el sector bancario. Después de hacer un curso en Ilvem, participó en la Ciudad del Saber.
Allí se reúnen alumnos, especialistas y empresas para intercambiar ideas con el fin de generar emprendimientos mediante alianzas estratégicas.
A Marchello se le ocurrió darles crédito a personas no bancarizadas. Una entidad financiera se interesó y hoy su idea es una realidad: Recursos Turísticos SA opera en plaza prestándole dinero a gente que no accedería a préstamos bancarios.
La Ciudad del Saber es una de las opciones que ofrece Ilvem, una institución que nació en 1970 y que durante años fue sinónimo de lectura veloz. En los últimos tiempos, el instituto actualizó su oferta educativa.
"Mi hermano y yo creamos esta empresa en el living de casa", recuerda Horacio Krell, director general de Ilvem y único dueño del instituto desde hace dos años, cuando le compró la parte a su hermano. Según cuenta, todo surgió por una necesidad personal. Sus padres no podían costearle una carrera universitaria por lo que se vio obligado a trabajar mientras estudiaba. En busca de mejorar su rendimiento intelectual, comenzó a investigar cómo aprovechar al máximo la capacidad de la mente.
"Usamos apenas el cinco por ciento de nuestro cerebro", insiste una y otra vez, como para que la idea penetre bien hondo en la mente del que lo escucha.
Krell dice que con el método que pergeñó logró recibirse de su primera carrera universitaria a los 21 años (es contador y licenciado en admnistración). Pero eso no es todo: su rendimiento, comparado con el de sus compañeros, era de diez a uno. Eso le dio la pauta de que su sistema de aprendizaje servía, asegura él.
Los 2.000 alumnos que cada año se inscriben pueden aprender a diseñar una página Web, oratoria y redacción, técnicas de estudio, memoria y concentración o desarrollo de la inteligencia.
También pueden hacer un curso multimedia de inglés o pueden cursar las carreras de diseño básico, publicitario, industrial o multimedia.
La carrera Metodología intelectual tiene por objetivo aprender a manejar correctamente la mente y aumentar la autoestima, prometen en Ilvem. No hay plazo para obtener el diploma pues todo depende del avance del alumno. A diferencia de la enseñanza tradicional, se usa el coaching. "Acompañamos el proceso de aprendizaje del alumno con un responsable que mide su avance", explica Krell.
El target de Ilvem es muy variado. Hay desde niños de 9 años (aunque son muy pocos) hasta profesionales, pasando por estudiantes secundarios y universitarios.
Ilvem también dicta unos cien cursos in company (a medida) para empresas. Metrovías, Telecom, Telefónica de Argentina y Banco Río, son algunos de sus principales clientes corporativos.
Ilvem tiene sólo dos sedes: una en el centro y otra en Palermo. No requieren más sucursales pues cada alumno trabaja en su casa, con la ayuda de Internet, videos o CD roms. A los centros van para hacer las consultas.
Ilvem exportó su método a 24 países. En casi toda América latina opera con franquicias. Allí se venden los cursos con la modalidad autodidacta pero con coaching mediante Internet. En México vendieron cien mil cursos en los últimos tres años.
Ahora están preparando su ingreso al Brasil, donde "tenemos un gran mercado potencial", dice Krell. Para conquistarlo ya están traduciendo los cursos al portugués.
La empresa tiene una facturación anual de dos millones de dólares. El costo promedio de los cursos es de 250 pesos y la carrera Metodología intelectual cuesta 390 pesos.
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* por Horacio Krell
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