Buenos Aires, Julio de 2010
Un trabajo publicado en la revista científica PLoS ONE, muestra la interacción entre los procesos semánticos y los sistemas motores del cerebro. Comprender oraciones de acción moviliza áreas motoras del cerebro y revela la cooperación entre sistemas cerebrales y lingüísticos.
La técnica de los «potenciales evocados» permite una medición precisa [en milisegundos] de la activación de la corteza cerebral. Experimentos de laboratorio corroboraron que existe una interacción automática entre los procesos cerebrales asociados con el lenguaje y la acción.
Poner al cerebro de pie. Con la bipedestación el hombre se puso de pie, entonces las manos transfirieron a las piernas la locomoción y realizaron nuevas tareas, como tomar el alimento, que antes realizaba la boca.
En posición erecta el cerebro creció. Lejos de la tierra, la cabeza fue el símbolo intelectual y los ojos su instrumento. Así se produjo la división entre lo sensorial y lo intelectual. El sector abdominal, que percibimos como tensión en el estómago, nos recuerda nuestro pasado animal.
La libertad de la mano activó el proceso intelectual mejorando la velocidad de reacción, la percepción activa y la visión a largo plazo. Así el hombre pudo mirar más allá de la nariz y el campo visual se extendió a 180 grados. La invención de la palabra. Gracias a esta nueva lectura de la realidad el hombre descubrió el lenguaje verbal creando un mundo cultural y simbólico. La imprenta y la educación desarrollaron los hemisferios: el izquierdo asentó las destrezas de razonamiento, el derecho la creatividad y las emociones. Los conecta un cable de fibras nerviosas -el cuerpo calloso-, pero ni la ciencia ni la educación logran todavía la cooperación entre estas formas distintas de procesar y pensar. La educación debería enseñar a salir del piloto automático y a perfeccionar el uso del cerebro.
El mejor laboratorio. En la escuela la ciencia dispone de un laboratorio de tiempo completo donde podría explorar al cerebro mientras piensa y mejorar su rendimiento. La destreza discursiva es esencial pero el niño practica kilómetros y kilómetros de escucha y tiene pocos metros de ejercicios de lectura y expresión.
El tallado del alfabeto nos brindó la formidable capacidad de pensar, que consiste en relacionar el universo de los hechos que ocurren con el de las palabras que los representan y las ideas que surgen del intercambio.
El radar o la brújula. Cuando el discurso único se impone sobre los hechos y las ideas el pensamiento es un radar robotizado. Para Fromm la libertad tiene sentido cuando se es capaz de pensar por uno mismo.
El método del diálogo apreciativo entrega al estudiante la brújula del autoconocimiento, busca que sepa descubrir lo bueno y darle viabilidad. Hay que enseñar al niño a conectar sus hemisferios cerebrales, a generar ideas nuevas, a hacer foco laser sobre ellas, a organizar un discurso que las valorice y que finalmente evite la creación bohemia que, calienta la pava pero no se toma el mate, y que innove sobre la realidad aprendiendo a llevar sus ideas a la práctica.
Educación y ciencia tienen esa materia pendiente.
Deseando que tengan una buena semana me despido de ustedes hasta el próximo boletín.
Dr Horacio Krell, CEO de Ilvem
40 años dedicados a desarrollar y expandir la inteligencia por el mundo.
Consultas a horaciokrell@ilvem.com.
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