Coincidentemente Schumpeter afirmó que "el capitalismo es un método de cambio económico que surge al incorporar nuevos consumidores, bienes, métodos de producción o transporte, mercados o formas de organización. A esta sustitución de lo nuevo por lo viejo, la llamó Destrucción Creativa, el factor esencial del capitalismo.
Drucker afirmó que las empresas que permanezcan en el futuro serán las que más rápidamente dejen de hacer lo que hacen o dejen de hacerlo de la forma en que lo hacen.
YO S.A.
En la realidad actual no está clara la distinción entre trabajo y autoempleo porque ante la caída del empleo tradicional muchos individuos aprenden a gestionarse como “Yo S.A”.
Un modelo acelerado para el cambio es la PNL (programación neurolingüística), un conjunto de herramientas para modelar la excelencia que implica seleccionar dentro de la competencia al líder del sector a superar o bien detectar a que mercados de alto rendimiento apuntan.
Nuevos diagnósticos, recetas y tratamientos. Hoy no basta con recurrir a la capacitación y a la evaluación del desempeño ya que se puede estar realizando eficientemente la tarea equivocada. Lo importante es lograr eficacia término ligado a la generación de valor. Es aquí cuando se debe utilizar la ley de Pareto para distinguir el 20% de los factores que producen el 80% de los resultados y la palanca de Arquímedes para apalancar sobre esos factores de alto rendimiento y aumentar la potencia.
La memoria no resuelve los nuevos problemas. Recostarse en el pasado no es la solución, porque ante un problema la repetición de la respuesta fracasa. Al problema, llámese el mercado, no le interesa lo que la empresa hizo sino lo que hace. Para eso se debe saber hacer lo que el mercado le exige. Esto implica que el aprender a aprender se ha convertido en una función más compleja y necesaria. No es ya sólo la cuestión de ser más competente sino de entender y anticipar lo que la realidad actual necesita que se haga.
Inteligencia espiritual. La coincidencia entre lo que la empresa y el individuo necesitan es que deben desarrollar una inteligencia distinta, de tipo espiritual conectada a la misión. Una brújula interior que marque el camino a una inteligencia emocional que descubra en el día a día su capacidad de realización. Saber como uno se siente con la realidad que le toca vivir y si esta realidad es placentera o desagradable.
Sin agotar el tema en estas líneas podemos sugerir algunos puntos de avance.
1- Evaluar los resultados. Si los resultados no son los esperados en algo se está fallando. Salvo que se produzca un inusual golpe del destino las cosas empeorarán.
2- Inspeccionar los mapas y creencias. El mundo real es complejo y difícil de visualizar, cuando vemos algo se nos escapa otra cosa. Es posible que nuestros mapas no sean el territorio y que nuestras creencias no respondan al modo en que el mundo se mueve.
3- Observar a los que logran excelentes resultados e intentar comprender cómo lo hacen. Recordemos que casi todo lo que sabemos lo aprendemos por imitación.
4- Inspeccionar los programas en uso. Casi todas las conductas responden a patrones internalizados que se repiten. Cambiemos alguno de esos programas y observemos la diferencia.
5- No apartemos de la mente a los pensamientos habituales, pero veamos cómo afectan al cuerpo y a las emociones. Luego hagamos al revés, miremos como afectan las posturas y emociones a los pensamientos. Alteremos alguno de ellos y detectemos como se modifica el resto.
6- Gimnasia mental. Una vez que sepamos como se mueve nuestro estado anímico probemos de realizar nuevas combinaciones exitosas.
7- Reflexionemos sobre las relaciones. Cuáles son las señales que emitimos y los efectos que causan.
8- Aclaremos las ideas. Tengamos en claro el propósito de lo que hacemos, que salga mal no significa que no sepamos lo que queremos, posiblemente nos falte alcanzar la metodología del poder inteligente que consiste en querer con eficacia.
9- Fabriquemos el cambio. Tomemos una experiencia negativa y conectémosla con éxitos del pasado. Elijamos nuestro texto, música e imagen favorita y realicemos la nueva película.
10- Anclemos el éxito al fracaso. Recordemos nuestros mejores logros y relacionémoslos con las situaciones difíciles del presente.
Los hombres pasan y las instituciones quedan, es sólo una frase. Hoy sobreviven las que se reconstruyen, los que no buscan la “continuidad”, sino el cambio cuando se hace necesario y abren el proceso decisorio, flexibilizan la noción de control y redefinen el éxito como un logro a largo plazo.
No basta con ser los líderes hoy – nada fracasa tanto como el éxito-. Hay que fabricar ideas y oportunidades y descartar las que implican riesgos con recompensas poco atractivas, concentrarse en los pocos factores vitales descartando lo que simplemente nos gustan o la creencia que podrían ser interesantes, e integrar la acción al análisis de la idea. Al aplicar una mirada diferente sobre los hechos frecuentes, el impulso emprendedor consiste en la capacidad de ejecutar.
En lugar de pan, la naturaleza nos prodiga trigo; tampoco nos da ladrillos sino la arcilla, y nosotros tenemos que construir y cocer nuestros ladrillos para, luego, construir nuestras casas.
Hay dos formas de motivarse para bajar el cambio, una es la negativa, el deseo de huir del dolor. Otra es la positiva, el deseo de lograr el placer. Se ha comprobado que el Sí rinde mucho más que el No.
Una educación equivocada pretende transformar la ignorancia en mediocridad cuando lo que habría que hacer es convertir la fortaleza en excelencia. Quizás fue Platón el que nos enseñó el camino cuando dijo: “el comienzo es la parte más importante de cualquier trabajo”.