Buenos Aires, Octubre de 2010
El viernes 22 de octubre se conmemoró el día del tartamudo.
La licenciada Mara Luque, fonoaudióloga especializada en tartamudez y docente invitada en la carrera de Fonoaudiología de la UBA expresó estos conceptos en una nota del diario La Nación:
“La rehabilitación permite que niños y adultos logren hablar de manera continua, cómoda y sin tensión. Se estima que casi un millón de argentinos padece este trastorno neurobiológico tan controlable a toda edad. Durante el tratamiento, el paciente aprende estrategias para mejorar el motor del habla, lograr fluidez al hablar y trasladar todo eso a su comunicación cotidiana. Es importante que sienta que puede controlar la tartamudez y no que la tartamudez lo controla a él.
Los ejercicios fonoaudiológicos son apenas una parte de la terapia. Se busca que el habla sea continua, cómoda y sin tensión, que se concentra en distintas partes del cuerpo, especialmente en las áreas del habla".
La licenciada Mabel Lleyra en el foro de la Nación comentó lo siguiente:
“Si un millon de argentinos tartamudean y la tartamudez o disfluencia en una alteración del ritmo y velocidad de procesamiento de datos neurobiológicos para el habla...no sería mejor empezar a considerarla un trastorno "cultural" y bajar la velocidad y el estrés en esta vida tan caótica y llena de horarios que debemos afrontar todos los días. Respirar, calmar y unificar ritmos y cerebro
El doctor Horacio Krell de Ilvem intervino con esta reflexión:
“Otro recurso para superar las trabas de la expresión oral es la oratoria. Demóstenes quería ser orador pero su trabajo era extenuante y a la intemperie, no podía pagar maestros y era tartamudo. Preparó su 1er discurso pero fue un desastre. A la 3ra frase fue interrumpido: ¿Para qué repite 10 veces lo mismo? dijo alguien ante las carcajadas del público. Demóstenes se retiró entre abucheos. En vez de achicarse aceptó el desafío como un juego que quería ganar. Se afeitó la cabeza para resistir la tentación de salir y practicar hasta el amanecer. Al anochecer corría por la playa gritando al sol y al mar con todas sus fuerzas para ejercitar sus pulmones. Se llenaba la boca con piedras y se ponía un cuchillo afilado entre los dientes para forzarse a hablar sin tartamudear. Se paraba horas frente a un espejo para mejorar sus gestos. Demóstenes fue elegido embajador de Atenas y convirtió las piedras en rocas sobre las que levantó su sueño. La mayor adversidad puede ayudar, cuando el deseo es grande cualquier obstáculo se vuelve pequeño”.
Posteriormente Mabel Leyra dijo:
“Que bueno esto que dice Horacio de Demóstenes. a mi me parece que como las imágenes visuales se procesan en el cerebro mas rápido (100 por segundo más o menos) y los movimientos de los músculos de la mímica y el habla son de una velocidad de 17 movimientos por segundo...quizás en esa reducción de velocidad se producen las esperas y los bloqueos. No sé, es una idea que tiene en cuenta que somos visuales. Hay que pensar también que con las pantalla multi táctiles se cambia también la velocidad del pensamiento y no se sabe si es más rápida la corteza táctil. Que de cosas nuevas no?
En el cierre Horacio Krell concluyó: es cierto lo que dice Mabel pero como la cultura no la podemos cambiar, podemos cambiar la educación y nuestra respuesta , en la medida que tomemos conciencia de la importancia de ser congruentes entre lo que pensamos, lo que decimos y lo que hacemos.
Deseando que tengan una buena semana me despido de ustedes hasta el próximo boletín.
Dr Horacio Krell, CEO de Ilvem
40 años dedicados a desarrollar y expandir la inteligencia por el mundo.
Consultas a horaciokrell@ilvem.com.
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