GIMNASIA MENTAL

La gimnasia mental: otra manera de mantenerse en forma

Dónde habré puesto las llaves? ¿Cómo se llamaba la película que alquilé el fin de semana? ¿Qué tenía que decirle a Matías? Quien diga que nunca se hizo estas preguntas probablemente sea porque se las haya olvidado. La memoria es un capital muy valioso, que se pierde por el paso del tiempo, el estrés y las múltiples ocupaciones -y preocupaciones- de la vida cotidiana. Ahora hay un modo de superar la hoja en blanco que es el olvido. En los Estados Unidos, la gimnasia mental  ya es una tendencia comparable con la moda del jogging en los años 80. Pero en la Argentina también se consigue. Los talleres de gimnasia mental llegaron para quedarse. Se recuerda el 5 por ciento de lo que se escucha, el 20 por ciento de lo que se ve y el 90 por ciento de lo que se hace, explica el doctor Horacio Krell, director de Ilvem. Por eso, los cursos que dictan en la institución apuntan a que las personas desarrollen un método de percepción multisensorial, para que las observaciones se conviertan en una huella mnémica, y ya no se borren. Tener buena o mala memoria está relacionado, fundamentalmente, con la capacidad de percepción ante los estímulos externos. Si no se selecciona lo que es importante recordar, una persona puede olvidarse de su propio número de teléfono, pero repetir sin vacilar el de un novio de la adolescencia. El objetivo de los talleres de gimnasia mental es obtener mayor agilidad y flexibilidad, a través de la utilización de zonas cerebrales que habitualmente no se activan. Si se logra una sinergia y un aprovechamiento de las dos partes del cerebro, se alcanza una mayor productividad y se logra una actitud más abierta y creativa, asegura Krell. El hemisferio cerebral más usado es el izquierdo, vinculado a la capacidad lógica y verbal. El hemisferio derecho es de naturaleza visual y allí se encuentra la capacidad creativa. Con los talleres se intenta mejorar la calidad de vida, descubrir nuevas oportunidades de crecimiento, siempre en función del desarrollo de la creatividad, plantea el licenciado Juan Carlos Rosman, de Mundo Persona, institución que brinda servicios a empresas y particulares. Los encuentros cuentan con una pequeña introducción teórica -relata Rosman-. Luego se hace una ejercitación intensiva y se finaliza con una reflexión grupal sobre lo realizado. No sólo para la memoria A los talleres se acercan hombres y mujeres de todas las edades. Las chicas más jóvenes buscan más productividad a la hora de estudiar -señala Krell-. Hay otras mujeres que intentan buscar mejor rendimiento en el trabajo y en los negocios. También a Mundo Persona acude gente con diversos intereses. Según Rosman, en las actividades participan profesionales, estudiantes, amas de casa y comerciantes, de entre 18 y 80 años. ¿Razones? La demanda de estos talleres creció acompañando a los índices de desocupación. Ante la falta de trabajo, la gente busca una salida por el lado de la creatividad, opina Horacio Krell. Es que la gimnasia mental no sólo persigue mantener la memoria. El desarrollo de la creatividad es una de las metas. Proponen reconocer los obstáculos que impiden poner en juego las respuestas creativas y explorar la habilidad de plantearse respuestas novedosas. La creatividad es rasgo y condición de salud y toda persona tiene a su disposición la posibilidad de desarrollarla, define la licenciada Silvia Schverdfinger, co-directora del Equipo Interdisciplinario Paso. Los talleres de Creatividad en la vida cotidiana de la institución -supervisada por Tato Pavlovsky- ofrecen un espacio en el cual compartir problemáticas en común, desbloquear inhibiciones y dificultades en los vínculos. En el Centro Cultural Ricardo Rojas también se dicta un taller de creatividad, que propone descubrir y desarrollar las capacidades expresivas y creativas individuales, en el marco de un proceso grupal. ¿Otra opción? Una buena alternativa para combinar la búsqueda Para obtener mayor información sobre gimnasia mental consulte en  info@ilvem.com.ar