La A de aprender a ser, es la de conocerse a uno mismo genera al E de la energía. La de Aprender a aprender la E de la Excelencia, la de Aprender a Hacer la E del esfuerzo productivo, la de Aprender a Convivir la E del estímulo social. Administrar el tiempo es administrar la vida. Agreguemos esta A en la vida del emprendedor. Hoy todos tenemos reloj pero nadie tiene tiempo porque los sucesos, el conocimiento y la información crecen exponencialmente. ¿Cómo encarar los desafíos de la producir, vender, actualizarse, administrar, finanzas, impuestos, familia en las 24 horas de cada jornada? Hay que armonizar la agenda ya que sólo el 20 % de lo que hacemos produce el 80% de los resultados. Se puede ser eficiente sin ser eficaz, si se permanece demasiado tiempo en el 80% de la baja productividad. Síntomas: Urgencias permanentes, tensiones, no saber por donde empezar, exceso de trabajo, desequilibrios en la vida personal. La inacción también puede señalar un vacío de ideas. Todo proceso de superación personal comienza con la toma de conciencia. El testinventario de tareas diarias permite realizar la dieta del tiempo, desintoxicarse de datos, reuniones, evitar a los ladrones de tiempo y considerar el biorritmo personal. El hombre es un animal de costumbres, y hace cosas que perdieron su sentido, de chicos creamos los hábitos y luego ellos nos crean a nosotros. Hombre = tiempo requiere optimizar el rendimiento con metodología intelectual y alianzas estratégicas. Es cuestión de suerte. La rueda de la fortuna gira: hay que saber cuándo subir. El azar es imprevisible. La buena suerte es la respuesta correcta. El rey de Serendippo tenía hijos que descubrían sin buscar, el azar ordenaba sus vidas, combinaban accidente con sagacidad. El emprendedor reactivo hace si algo le ocurre, depende del azar, el proactivo genera lo que quiere. Para Pasteur: El azar sólo favorece a la mente preparada que ve la oportunidad, y sabe aprovecharla. A todos nos pasan las mismas cosas pero las vemos de diferentemodo. A todos nos caen manzanas, pero sólo Newton descubrió la ley de gravedad. Napoleón nombraba general al que tenía buena suerte, con la mente abierta se daba cuenta que no era casualidad. Cervantes ponderaba la iniciativa: “Quien no obtiene el máximo de su suerte, no puede quejarse si ella pasa de largo”. Edison alababa la perseverancia: “El genio es un 10 % de inspiración y un 90 de transpiración”. También hay que tener la valentía de seguir los dictados de la intuición porque la suerte que no se usa se pierde. Séneca dijo: “No hay viento favorable para quien no sabe a que puerto quiere llegar”. Metas falsas generan una deuda con el “banco interno”, que presta la energía, y esa deuda se paga con estrés y se llama mala suerte. Arriesgamos siempre: por acción u omisión, jugando póker o ajedrez. Hay que estar atento para cuando a tu idea le llegue su oportunidad. La suerte florece en los terrenos fértiles del saber y del querer. El emprendedor tiene el raro privilegio de poder darle forma a las ideas. El fin del empleo. La revolución industrial hizo del campesino un obrero, de guiarse por el sol y la luna fue controlado por el reloj, de hacer como creía debió imitar tiempos y movimientos de los mejores. Se salvó al capitalismo y se hundió al hombre. Mejoró la ganancia y el salario por la producción en masa. Ford: “No importa que coche me compren siempre que sea negro”. Pero la competencia y en el marketing gestaron un modo de hacer donde la tecnología desplazó al hombre. Nadie quiere empleados, las empresas se concentran en su misión, y contratan afuera lo demás, el trabajo suplanta al empleo: que alguien lo haga por su cuenta. El hombre se acostumbró a ir de casa al trabajo y del trabajo a casa. Sin empleo de por vida a la japonesa, mimetizado por el rol repite soy abogado, contador, etc, pero ahora sin empleo ya ni es. No está preparado para el cambio. La educación y el estado miran al costado con planes trabajar para sabotear el futuro. Si el principal empleador será uno mismo hace falta capacitar en nuevos sistemas de gestión que lo conviertan en YO SA y en Nosotros S.A., se trata de crear capital social mediante la alianza estratégica de todos. Resumiendo: Aprender a emprender es necesario porque de 60 ideas sólo una tiene éxito y no sobrevive mucho tiempo. Aprender a ser produce la energía, aprender a aprender conduce a la excelencia, aprender a hacer potencia el esfuerzo, aprender a convivir estimula el capital social. Hoy la ecuación tiempo- hombre no cierra, la clave es ajustar las prioridades con la dieta del tiempo. Se puede aprender a tener una jornada productiva inventariando lo que se hace según el valor que aporta al objetivo. Hay que aprender a administrar el tiempo. El azar es imprevisible, la respuesta es la que hace la buena suerte. Muchos vieron que al hervir el agua que se levantaba la tapa de la olla pero Watt respondió descubriendo la energía del vapor. El reactivo reacciona cuando algo le pasa, el Proactivo hace que las cosas ocurran. El fin del empleo será una suerte si podemos convertirnos en YO. SA. , es es muy difícil conseguir lo que se quiere trabajando para otros. Cómo dijo Amado Nervo : “ Porque veo al final de mi largo camino que yo he sido el arquitecto de mi propio destino, vida nada te debo, vida estamos en paz. El autor, Dr. Horacio Krell, dirige a ILVEM. Consultas a horaciokrell@ilvem.com.ar |