Autoconocimiento es el proceso de conocer al ser que vive en nosotros desde que nacimos. Parece sencillo pero no lo es, consiste en saber bien lo que uno quiere. Cuando Alicia preguntó al gato que camino tomar, éste le dijo: depende de a dónde quieras ir, ella dijo que le daba igual y el gato concluyó: entonces, es indiferente el camino que elijas. El peor enemigo es ir a la deriva. El que siente que se dirige a alguna parte se energiza, el que no va para ningún lado se detiene. El primer paso es descubrir en nosotros mismos el mensaje socrático: "Conócete a ti mismo". Sin saber quienes somos nos dirigen desde afuera nuestros padres, maestros, amigos o autoridades. Actualmente corremos sin saber por qué ni para qué. Deprimidos nos preguntamos ¿quién motiva al motivador? Como aquel actor que sufriendo una profunda tristeza fue a ver al médico pidiendo consejo. Visita al mejor cómico del mundo, a Garrid, dijo el médico. Y el actor respondió: Doctor cambie ya mismo su receta: "Yo soy Garrid". Conocerte es como tener la brújula que orienta y alumbra tu camino. Cuando naciste, te dieron el pasaje del viaje por la vida, hiciste muchas combinaciones, buscando la oportunidad. Hoy, el destino puso esta nota frente a ti, si lo deseas puedes dejar de leer. Pero si decidiste seguir pregúntate ¿a dónde quiero ir? Tu oportunidad no está en la próxima estación a la que arribes sino en la manera de viajar. Entonces, te propongo un juego: aprender a descubrir sin buscar, como Los 3 príncipes de Serendip, que navegaban sobre las olas del destino dejando que el azar ordenara sus vidas. Sobre esas olas hacían jugar el azar a tu favor. La buena fortuna no es casualidad: hay que aprender a navegar. Cada situación en tu vida puedes convertirla en oportunidad. Isaac Newton dijo: "no soy un genio, estoy parado sobre las espaldas de gigantes". Estos sabios iniciaron tu viaje hace mucho tiempo, antes que nacieras...quizás en el arca de Noe. Si retrocedes por el túnel del tiempo, encontrarás al navegante que llevas adentro. Sí, encontrarás al niño: el padre del hombre. En ese viaje podrás descubrir cuando te ocultaste lo que querías. Mientras no comprendas lo que te pasó no podrás encontrar la solución. Las personas más felices son aquellas que saben lo que quieren y que tienen la sana autoestima que les asegura que pueden alcanzarlo. Hay que entender bien esto: no se trata de detectar aptitudes sino de conocer lo que amamos realmente. No hay nadie en el pasado ni lo habrá que pueda ser igual a ti, y tu originalidad encontrará la manera de expresarse. Pero tendrás que superar algunas trabas: · Tenemos demasiadas opciones y para un indeciso no hay nada peor que el surtido. · Somos libres de elegir pero tenemos miedo de ejercer esa libertad. · Nos engañamos con las necesidades por no animarnos a alcanzar nuestros sueños. · Los sueños están ocultos en una lucha interna. · Nos reprochan o nos reprochamos: si realmente lo quieres porque no sales a conseguirlo. · No se trata de perfeccionar solamente tu metodología o de tener un pensamiento positivo. Lo imprescindible es detectar por qué no sabes lo que quieres y que hagas algo. · Cada uno recibe un mensaje de lo que se espera que sea, escondido como una resistencia. Al ponerte en marcha la resistencia aparece siempre con una voz muy potente. · Ante cada riesgo te dice: fracasarás, para enfrentarla diferencia el empleo del trabajo. Protege tus anhelos en el viaje que iniciaste repitiendo estos versos de Amado Nervo: Porque veo al final de mi largo camino que yo he sido el arquitecto de mi propio destino. El doctor |