Cuando la realidad anda mal  a algunos les va bien. El exceso de análisis produce parálisis y la solución es cambiar a tiempo. Con preocuparse no se gana nada, es la ocupación  la que aumenta la influencia sobre la situación. La tercerización de la economía  tiene su cara negativa en el  desempleo, pero el trabajo habrá que hacerlo igual  y los que aprendan a realizarlo por proyectos tendrán su oportunidad.

Las empresas y las personas deben descubrir y concentrarse en su misión, dios hizo al hombre a su imagen y semejanza y  la solución está en el interior de cada ser.

Cuando el deseo es lo suficientemente grande el obstáculo se vuelve pequeño.

Pero el hombre opera al 10 % del potencial y como el pez en el agua, que es el último en tomarla en cuenta  ya que es su medio natural, se compara con los demás y no con los patrones de la excelencia. Saber lo que uno quiere, apuntar alto, conocer las limitaciones,  generan una tensión creativa que orienta hacia el crecimiento.

Lo que se necesita es darse cuenta y cambiar a tiempo.  El hombre es un animal de costumbres, puede hacer de  su defecto una virtud. Demóstenes era tartamudo y se convirtió en el padre de la oratoria. Como señala Pareto el 20 % de lo que hacemos afecta el 80 % de los resultados. Par lograr la eficiencia, que es hacer las cosas bien, la herramienta de control es el reloj,  pero la brújula es la que orienta la acción hacia el objetivo, es decir la que apunta a la eficacia.

La mente posee la  capacidad autosugestiva de transformar en acto lo que decide aceptar. De la caja de Pandora se escaparon los males pero al cambiar a tiempo atrapó a los antídotos: la esperanza y el optimismo. Y al instalarlos en la mente las profecías se autorrealiza. Ford decía: si crees en que te irá bien o mal en ambos casos tendrás razón.

El sistema educativo formal no provee metodología sino contenidos, así como el soldado domina las armas, el estudiante debería saber estudiar. La carencia produce respuestas falibles. ¿ Cómo aprender a integrar el deseo con el capital intelectual?. ILVEM desarrolló un modelo basado en la autoestima, integrando las  4 etapas: mejorar la capacidad perceptiva con el método de lectura veloz, y la agudeza de la observación. Saber procesar los datos con un mapa mental que capte la diferencia y retenga lo importante con una memoria inteligente. Poder concentrar la mente evitando la tendencia natural a volar. Expresar con elocuencia, aplicar el conocimiento en forma inteligente, creativa y estratégica, integrando el sistema nervioso humano con el digital y generando el efecto palanca.

La Ciudad del Saber creada por Ilvem tiene una Fábrica de ideas. Las pequeñas ideas se diferencian de la grandes  por su facilidad de implementación. Al cambiar a tiempo las viejas ideas las nuevas transforman el mundo. En lo que se ha dado en llamar la nueva economía las ideas son la materia prima.

Un gran tanque receptor las recibe, las registra, clasifica y  las deja incubar. Luego un embudo selector  las elige según su valor económico, originalidad y viabilidad. Entonces  salen convertidas en proyectos. Los proyectos son la metodología del futuro y contrastan con la mentalidad de empleado.

Ante las calamidades  que aquejan al mundo  nadie hace nada,  pero pocos se interrogan:¿ por qué yo no hago nada?. Hay que aprender a liderar, a encarnar las ideas para llevarlas a la práctica. La etapa final es la implementación.

“Los goles son amores y no  buenas razones”. La fábrica opera  las 24 horas los 360 días del año reciclando la creatividad humana. Señala un modelo de crecimiento de abajo hacia arriba. Cuando millones de argentinos fabriquen ideas, una por día cómo se enseña en el curso, la realidad cambiará. La clave está en saber cambiar a tiempo.