No se enseña en la escuela. El cerebro puede acumular información y reorganizarla. Viendo pelar salchichas y agregarles ingredientes, a Rausin se le ocurrió la idea millonaria de envasar la leche en cartones. Combinando memoria y  problema surgen las ideas.

Otra forma es imaginar la solución ideal partiendo del final deseado. La lana, el algodón y la seda eran las materias primas para la ropa, pero en 1935  Corothers sintetizó el nylon con moléculas de carbón. Y nacieron todo tipo de fibras mezclando los viejos elementos.

Para Druker no hay que organizar lo conocido sino la ignorancia, saber lo que se busca y admitir diversas soluciones. Para lograrlo hay dos opciones: hacer el pozo más profundo o cavar más pozos en otra parte.

Fabrique una idea .

1 Defina el problema de manera específica pero sin restricciones.

2 Busque la solución ideal, y piense en imágenes. Hayek  para superar la caída del reloj suizo ante el japonés, se preguntó por qué hacemos lo que hacemos, qué querían las personas del reloj, y creó la moda asociada a la vestimenta. La única pregunta tonta es la que no se formula.

3 Reúna todos los hechos. Como la idea surge de la combinación, a mayor información mejores resultados. En caso contrario obtendremos siempre las mismas respuestas.

4 Rompa el patrón. Cambie el modo de asociar: mezcle, agrande, achique, transforme.

5 Salga de su especialidad.  Gillette inventó el aparato de afeitar, y era vendedor, Dunlop el  neumático inflado, y era veterinario, Biro el  bolígrafo, y era periodista.

6 Combine todo lo que pueda. No excluya nada, compare cada elemento . Nesmith puso pintura blanca en un frasco de esmalte para uñas e inventó el corrector líquido de escritura.

7 Use todos los sentidos. La mezcla creativa puede ser multisensorial, Einstein se imaginó  viajando en la punta del rayo de luz, para inventar la teoría de la relatividad.

8 Desconéctese. Deje trabajar al inconsciente, que mezcla de otra manera los hechos.

9 Busque sus propios estimulantes. Pruebe con la música o con el sueño dirigido.

10 No se apresure.  No se presione, ninguna idea nace a los 5 segundos. Espere con paciencia a que emerja. Arquímedes dijo  ¡eureka!: lo encontré, al despertar en la bañera.

11 Ponga límites temporales. Sin embargo, no espere toda la vida, piense a plazo fijo.

12 Verifique la idea. Para Aristóteles la realidad es la única verdad. Lo real es el límite de la imaginación.

Sea proactivo. No es un requisito partir del problema, se puede arrancar de una visión: de vivir en salud en lugar de curar enfermos. Es importante la dirección que da la meta.

Modele su idea. SCAMPER  es el acróstico para crear:  Sustituir, Combinar, Adaptar, Modificar o  Magnificar, Permutar por otro uso, Eliminar, Reducir o Reconvertir.

Expóngase al azar... y conviértalo en  la buena suerte. Fleming descubrió  la  penicilina en forma casual,  Spencer detectó  un nuevo sistema de radar, y poniendo carne cruda frente a él  la convirtió en comida. Los japoneses lo transformaron luego en el microondas.

Tormenta de ideas. Con estas técnicas usted creará ideas sin parar. Duplique como los camiones de dos pisos en Londres. Corte como las bikinis. Expanda como los centros comerciales. Seque como la sopa en paquetes. Recombine como la harina en el pan. Estire como las limusinas. Sustituya como correo electrónico por el fax. Relacione radio + audífonos= walkman, tiendas  + estacionamiento = centros comerciales. El rugby es una adaptación del fútbol. Agrande como el big mac. Reduzca, invierta, elimine, como Whittle que invirtió el viento y creo el Jet. Reforme, suave como la manteca, silencioso como un Roll Roice, ruidoso como el rock. Mezcle , agite, tape, destape, comprima como el CD-Room, licúe como la pomada. Cambie el envase, como el aerosol.

Valorice.  Mezcle el “ajá” de las grandes ideas con el Kaizen de la mejora continua. 

Juegue  con imanes  de ideas extrañas en pizarras magnéticas. Qué pasaría si existiesen pelotas que no se pierdan, juegue con lo positivo, lo negativo o lo interesante.

Dicen que los  inventos y algunas mujeres causan la  ruina del hombre, pero el  inventor que triunfa, es el que tiene el deseo imparable de hacer que las cosas ocurran.

Por Horacio Krell, Director de Ilvem horaciokrell@ilvem.com.ar