CURSO DE CONCENTRACIÓN
Nota sobre procesos
Un curso de concentración logra darle un nuevo curso a la mente para dirigirla según los objetivos en lugar de dejarse llevar por ideas parásitas.
EL PROCESO EN EL CURSO DE CONCENTRACIÓN
Podemos definirlo por una serie de etapas:
1. Un estado de meditación sobre lo que se hará en el futuro.
2. Una decisión que implica alcanzar un objetivo.
3. Un plan que determina el cómo y el cuándo se realizarán las actividades necesarias para cumplir con los fines propuestos.
4. La ejecución de las tareas en tiempo y forma.
5. El control de los resultados.
En este curso de concentración evaluaremos brevemente los pasos y recomendaremos ejercicios para cada uno de ellos. En el aspecto de la meditación es recomendable utilizar una actitud de apertura y de receptividad pasiva, a partir de la cual las ideas conectadas con el problema surgirán sin esfuerzo conciente y como resultado de los estados mentales de relajación o relajación profunda.
También se puede utilizar este enfoque para programar la adquisición de un comportamiento deseado. Si se desea mejorar la autoimagen podrían surgir en el proceso meditativo ideas tales como: Me gusto tal como soy - Disfruto plenamente de la vida - Mi belleza es interior y se irradia hacia afuera - Soy digno de confianza - Mi valor consiste en mi capacidad de amar, etc. Es decir que el curso de concentración se aplica tanto a obtener resultados como para obtener ideas creativas.
Cada una de estas ideas podría luego explorarse por separado. Conviene registrar por escrito las alternativas para evaluarlas posteriormente.
Ejercicio de receptividad pasiva: tome en su mano cualquier objeto que tenga a su disposición. Deje que la sensación del contacto se produzca libremente, no piense en nada, que la sensación penetre lentamente en todo su ser hasta provocarle un estado de relajación, descanso y placer. Practique diariamente este ejercicio cambiando cada día el órgano sensorial receptivo (vista, oído, gusto, olfato, tacto), sin alterar la actitud de serena y pasiva receptividad.
Otra forma es hacerlo al caminar, haciéndolo como en cámara lenta, tomando conciencia de los pasos, sintiendo el movimiento de los pies, la respiración, y todo lo que experimentamos.
Las sensaciones de afuera hacia adentro cuando no son afectadas por la distracción, tonifican el cerebro, produciendo relax, paz, tranquilidad y placer.
Si sabemos recibir el mundo objetivo con todas sus bellezas, lograremos apreciar el azul del cielo, la paz de la noche estrellada, la hermosura de las flores y las montañas, la frescura de la mañana, el susurro de las fuentes, el silbido del viento, el verde de los campos, el canto de los pájaros, etc.
En cuanto a la decisión hay que evaluar las opciones en función de los valores, intereses o criterios que se pretenden preservar.
Hay dos tipos de personas: las reactivas, que se limitan a reaccionar ante los sucesos y las proactivas que por el contrario saben lo que quieren y hacen lo necesario para conseguirlo.
Esto es muy importante porque señala la diferencia entre una persona dirigida desde adentro, es decir desde sus propios deseos, a otra que acepta someterse a reglas impuestas desde el mundo externo. En el curso se concentración es conveniente manejar ambas posturas para que ambas se combinen en la optimización de los resultados.
Por último es necesario considerar que determinados sujetos deciden en forma exclusivamente racional a través de conceptos o modelos, que utilizan como filtros para no sentir y para no ver la realidad tal cual es.
No es bueno anestesiar los sentidos hasta el extremo de no poder utilizar los sentimientos o las intuiciones como guías importantes en el momento de la decisión.
El tercer elemento a considerar profundizando el curso de concentración es el plan o la manera en que se utilizarán los recursos disponibles para alcanzar el objetivo.
En este aspecto es fundamental considerar los imprevistos y la organización del tiempo.
Una vez diseñado el plan la etapa de la ejecución debe ser encarada en forma directa sin valorar o meditar sobre lo que se está haciendo. La meditación como hemos visto es el paso previo, si nos ponemos a meditar en el mismo momento en que estamos actuando, no podremos mantener el curso de la concentración
La concentración como proceso excluye todo lo demás e implica evitar todo tipo de distractores internos y externos. En este aspecto recomendamos la práctica de ejercicios activos de pensamiento contrarios a los recomendados en la meditación.
Ejercicios de emisión activa: como objeto de práctica se selecciona una palabra, una idea o un objeto y se mantiene fija la atención, sin permitir que ningún tipo de distractores interfieran en el logro de dicho objetivo. El mismo ejercicio puede realizarse con cada uno de los diferentes órganos sensoriales.
Se puede empezar con ejercicios visuales, desde un punto en el papel y prolongarlo en rectas, curvas etc. Luego se puede realizar el ejercicio mentalmente. También con sonidos, tacto, sabores , etc.
Uno de los mejores ejercicios para medir el rendimiento del curso de concentración es la lectura controlada: leyendo hasta que aparezca la distracción y contando la cantidad de renglones. Se trata de competir con uno mismo buscando llegar más lejos cada vez.
Otro ejercicio clave es el de fichar una idea o una foto o un concepto y mantener la mente fija en él, sin dejar que ninguna idea parásita se interponga. Y cuando aparezca marcar la cantidad e intentar disminuirla en cada nuevo ejercicio.
De lo que se trata es que durante la ejecución no se debata lo que se está haciendo sino que se realice sin interferencias, el exceso de análisis produce parálisis.
También es importante un precalentamiento para no empezar en frío y un descanso a la hora, para no trabajar con fatiga.
La última fase es la del control de los resultados , la herramienta que permite evaluar cuantitativa y cualitativamente el proceso y el progreso en el curso de concentración.
El control de resultados se realiza en el tiempo de manera de ir observando los progresos al aumentar los períodos de concentración y al disminuir las distracciones.
* El Dr Horacio Krell, es el director de ILVEM. Consultas en horaciokrell@ilvem.com.ar.
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