IMPROVISACIÓN
Parecería que improvisar es signo de falta de seriedad pero improvisar es una cualidad cuando se trata de solucionar un imprevisto o en el arte.
¿Improvisar es bueno o malo? Miguel Ángel decía que un escultor libera la estatua oculta en la piedra eliminando lo que sobra. La improvisación es la suma de los momentos en que se construyó la obra . La improvisación puede ser rápida o lenta.. A falta de grabadores Mozart escribía a fuego lento, Beethoven era veloz y luego refinaba su trabajo.
La revolución industrial fue la cuna de la especialización con muchos ejecutantes y pocos creadores. Desde entonces compositor bueno fue compositor muerto.
¿Qué es la improvisación? es el libre juego de la conciencia con la materia prima que provee el inconsciente y con los materiales de la cultura. La improvisación está al principio de la creación y es aplicable a toda acción ya sea un trabajo penoso, un oficio o el arte.
La importancia de la improvisación se relaciona con la frase de Platón: “El comienzo es la parte más importante de cualquier trabajo”.
En un obra cada cual le adjudica un sentido: apilo ladrillos, levanto una pared, o construyo una catedral. La condición no está en lo que se hace sino en para qué se hace. Aprender improvisación entraña una contradicción como refleja la paradoja : “¡ se espontáneo!”, porque si la aplico estrictamente dejo de ser espontáneo y también la improvisación.
¿Los recursos son necesarios? No tanto: Un rey que colocó una enorme roca que obstruía el camino. Todos la eludían con un rodeo mientras culpaban al rey por no mantener los caminos despejados. Un campesino después de fatigarse mucho, lo logró. Notó una cartera donde había estado la roca con muchas monedas de oro . El campesino aprendió que cada obstáculo es una oportunidad con una condición: A la dificultad hay que enfrentarla y no eludirla. En la vida siempre hay obstáculos que hay que remover.
La improvisación es un camino personal, un viaje al interior del alma y por lo tanto para no confundirse es necesario capturar los momentos sin saber cual será el último, en un viaje que aporta el valor agregado de conocerse a uno mismo. Es mejor la experiencia directa que la de segunda mano que ofrece la religión. El espíritu no habla con palabras, se llega a él con el juego divino cuya tensión entre sus términos deriva de que sin juego el trabajo aburre y sin lo divino se pierde fuerza La originalidad no está en buscar lo nuevo sino lo viejo. Al sacarnos la máscara como en la piedra de Miguel Ángel aparecerá el original que somos, el original de nosotros mismos.
* El Dr Horacio Krell, es el director de ILVEM. Consultas en horaciokrell@ilvem.com.ar.