GENIO
En cada persona se esconde un genio, hay que saberlo encontrar.
Genio para los romanos era el parentesco del hombre con lo divino, la vocación o talento natural, el poder intelectual o imaginativo congénito. La palabra Ingenium designaba a las cualidades innatas. Las vidas geniales se inspiran en el genio que las hizo nacer. Genio representa lo impersonal y lo preindividual, esa extraña relación con fuerzas desconocidas que nos habitan, que demuestran con su presencia misteriosa, las limitaciones del Yo.
Yo y Genio conviven y luchan conectados por las emociones en permanente interacción.
A lo largo de la vida cada hombre pacta con su Genio, y construye su personalidad.
Los secretos del genio. Proponemos estudiar el genio en el pensamiento de Leonardo Da Vinci, y compararlo con el propio, para incorporar esas actitudes que enriquecieron su vida.
Aprendizaje continuo. Es controlar el saber y las hipótesis con la experiencia, y aprender del error. La mayoría de los grandes científicos producen buenas y malas obras, pero no temen fallar, porque su objetivo es llegar a la excelencia, y si fallan, intentan algo nuevo, analizan la causa del accidente creativo y cómo cambiar. Dicen :¿qué hice?, y no ¿por qué fallé?. Edison fue un genio que creó la lámpara eléctrica gracias a sus 999 errores previos.
Agudeza sensorial. Los sentidos son los ministros del alma, refinarlos perfecciona la sensibilidad. El individuo medio opera en piloto automático: mira sin ver, oye sin escuchar, respira sin percibir aromas o fragancias, come sin saborear, toca sin sentir, habla sin pensar. Einstein visualizaba los problemas, los conceptos eran subsidiarios para él. Para descubrir la teoría de la relatividad se imaginó a sí mismo viajando en la punta de un rayo de luz.
Tolerar la ambigüedad. Ante lo desconocido, la apertura y la serenidad, cultivan la intuición. El genio de Leonardo reestructuraba o reconvertía el problema, suponiendo que la primera mirada es parcial. Bohr creyó que manteniendo juntos los opuestos, y dejando de pensar, la mente produce con ellos en el nivel inconsciente. Suspendiendo la lógica nacen las nuevas ideas: así imaginó la luz como partícula y onda. Para Aristóteles la metáfora es el signo del genio, percibir relaciones y semejanzas entre áreas distintas, denota un talento especial.
Interacción holística. Equilibrando ciencia y arte, lógica e imaginación, se construye un cerebro completo. Hay que multiplicar imágenes y conceptos, sin el filtro de la lógica, con mapas mentales que combinan la síntesis conceptual, el registro manual o grafosíntesis y la generación de ideas Las leyes de la herencia sobre las cuales se basa la genética, provienen de Mendel, quien reuniendo matemáticas y biología desarrolló una nueva ciencia.
Interacción cuerpo mente. Ejercicio, dieta de alimentos frescos e integrales, y un poco de vino en la cena. Leonardo comprendió la "conexión mente-cuerpo". Su principal consejo para mantener la salud fue: "evita estados de ánimo graves y mantiene tu mente alegre".
Todo se conecta con todo. Reconocer conexiones es la clave de los sistemas inteligentes y de las redes conceptuales. Ver lo que otros no ven es la marca del genio. Da Vinci relacionó el sonido de la campana con una piedra que cae en el agua y descubrió que el sonido viaja a través de ondas. Morse inventó el telégrafo observando los puestos de relevo de caballos.
Curiosidad. Por ella los niños aprenden sin parar, si esa sed perdura y se combina con la disciplina y el foco que brinda la madurez, se vive una vida genial. En la infancia lo que se aprende se recuerda para siempre y la conducta puede cambiar, al adulto le cuesta mucho más. El desafío de la próxima década será desarrollar en el niño la inteligencia emocional para evitarle futuros tratamientos terapéuticos. Hay que enseñarle el programa de prevención del mal del adulto: "Dejar de ser niño"... porque el niño es el padre del hombre.
* El Dr Horacio Krell, es el director de ILVEM. Consultas en horaciokrell@ilvem.com.ar.
|