Darse cuenta... a tiempo

                                   EL ARTE DE LA MOTIVACIÓN * por Horacio Krell

 


 

DARSE CUENTA ...  A TIEMPO 

Darse cuenta es el primer paso el segundo es darse cuenta a tiempo. Importa mucho darse cuenta porque sin conciencia lo que pasa no se percibe y en piloto automático los hábitos y reflejos hacen sentir como que nada ocurrió. Y sin darse cuenta de las causas, el hombre se resigna al devenir sin comprender porque le pasa lo que le pasa

El empobrecimiento de la comprensión. El hombre primitivo manejaba palabras concretas, podía comunicarse pero no abandonar su pequeño mundo, podía llevar a su mente imágenes de objetos pero no contaba con  palabras abstractas como poder, sabiduría,  legitimidad, etc. ni podía traducirlas en imágenes. El hombre moderno las tiene pero es inducido a sustituir los conceptos abstractos. Así desempleo lo imagina como un cartonero pero no comprende las causas ni las soluciones. No estar preso no es sinónimo de la libertad, ni ganar el mundial de fútbol de progreso. Los políticos usan la imagen  para vaciar de contenido al concepto, convierten al homo sapiens en homo videns al reemplazar su lenguaje por uno concreto, lo manipulan sin que pueda darse cuenta. Darse cuenta es la condición de la acción. Si llueve y no te das cuenta, no se te ocurrirá llevar un paraguas.

Darse cuenta a tiempo. El hombre puede estar o no estar al mismo tiempo, ver y no observar, escuchar sin entender. No sirve seguir el rumbo si se quiere cambiar de dirección, porque uno llegará al lugar al que se dirige. Tampoco alcanza  con darse cuenta tarde porque como dijo Keynes a largo plazo estaremos todos muertos. La rana calentada en agua fría a fuego lento se queda hasta que se adormece y muere, combinando ambos defectos. Tampoco el pez puede darse cuenta nunca que el agua existe porque es su medio natural. El éxito o el fracaso de ambos es casual, no inteligente. Una rana arrojada al agua hirviente salta y se salva. Hay dos aspectos en la conducta ganadora, uno espacial pensar en el aquí, en la situación; el otro temporal, en el ahora. Aquí surge la idea y hoy es el momento.

Darse cuenta es saber que presente es el capital que disponemos. El pasado ya pasó y el futuro está por venir. Al prestar atención al presente sabremos qué hacer ahora.

Las 3 etapas de darse cuenta. Lo primario es La situación, al centrar la atención en algo, ese algo se convierte en figura, y lo demás retrocede como fondo. La figura despega, y  se hace evidente. Fondo y figura son partes de una totalidad, se relacionan e influyen mutuamente, lo que es figura, puede no serlo luego, según la necesidad del momento.

Darse cuenta es detectar las sensaciones, las emociones y valores en juego que son necesarios para lograr invención, congruencia y valentía. Al perfeccionar el darse cuenta se aceptan sensaciones fuertes y  sentimientos profundos y poder  expresarlos. Bloquearlos reduce la capacidad. La fase 3 es El Experimento, para practicar en condiciones seguras y que facilitan  la oportunidad de probar una conducta diferente sin dominarla totalmente.

Distinguir mentira de ignorancia.  El problema no está en lo que no sabemos sino en lo que sabemos. El insight, el darse cuenta, es ver lo que no queríamos ver pero que sabíamos.

El filósofo y el artista lo hacen: levantan la represión, simbolizan lo inconsciente. Intuición es la palabra la clave, porque la verdad ya la sabemos, ya que todo lo nuevo se aprende con lo viejo. Cuando la mente  no se desarrolla, no puede simbolizar el darse cuenta, ni lograr la síntesis. Newton pudo darse cuenta de la caída de la manzana, porque sabía combinar lo diferente. La represión separa, la intuición integra y permite que el inconsciente se exprese.

Disponer de la fuerza mental  para darse cuenta de las cosas y  para asociar la infinidad en una unidad integradora es la función del genio. Intuir es captar la totalidad. La gran mayoría de las personas viven en mundos parecidos, la opinión pública es  incapaz de observar con precisión. La función del artista es representar lo oculto, lo reprimido, la función de pensador es  darle forma de conocimiento. El artista ilumina, el filósofo representa. El artista es inconsciente, el filósofo es conciente. El artista sueña, el filósofo despierta, e interpreta. El líder las reúne para que los sueños se hagan realidad.

Ser el líder de uno mismo.  La conciencia social equivale al darse cuenta individual aplicado a los fenómenos sociales. Para darse cuenta los libros deberían seguir a la ciencia y no la ciencia a los libros,  la ideología debería seguir a la ciencia. Pero si usted vive en un país donde el fútbol importa más que la universidad, se decide por encuestas sin pensar en consecuencias, se apela al doble discurso y los que son afines al poder son la pasan bien;  es muy importante para usted darse cuenta. Porque si se empobrece la comprensión de la realidad interna y externa el hombre vive maniatado por fuerzas invisibles. Darse cuenta es el primer paso para desarrollar el empowerment, el poder interior.

Y si usted progresa mejora a su familia, y si mejora su familia mejora el barrio, si mejora el barrio mejora la ciudad, si mejora la ciudad mejora el país y si mejora el país mejora el mundo. Para lograr el cambio primero deberá aprender ser el líder de usted mismo.

* El Dr Horacio Krell, es el director de ILVEM. Consultas en horaciokrell@ilvem.com.ar.

 

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