PREGUNTAR
¿Cómo preguntan los que saben preguntar?
La anamnesis rastrea las causas de una enfermedad aplicando el método de Sócrates para hacer parir el conocimiento. Cuando la lógica de "más de lo mismo" paralizaba el progreso del pensamiento Sócrates indagaba y el interlocutor extraía el conocimiento de sí mismo, sin recibir información. Al preguntar la inducción provocaba la respuesta correcta.
El arte de preguntar. El supuesto engañoso de la teoría de la evidencia total es que sugiere que siempre es posible reconstruir los pasos que son la condición de los siguientes. Pero en la realidad existen tantas variables, que es imposible hallar la evidencia total, y debemos conformarnos con evidencia incompleta que tratamos de hacer cada vez más global.
La observación creativa descarta lo que es obvio, cambiando el concepto de que resolver un problema es apelar solamente al saber que ya se tiene. Por el contrario busca un lugar escondido, el sitio supuesto del saber, como si pudiera dialogar con la naturaleza. Trata de extraer el conocimiento potencial, que no ha sido descubierto, mediante observaciones pertinentes. En lugar de moverse a tientas la memoria, intenta sacar información hasta de las piedras, combinando el saber preguntar, con respuestas y conocimientos que generen conclusiones intermedias. Sólo así es posible ir más allá.
Preguntar y Preguntar. Este afán de conocer se manifiesta en la curiosidad insaciable del niño, cuyo modelo es el juego. Sosteniendo esa actitud el niño será siempre el padre del hombre. La metáfora kantiana de interrogar a la naturaleza se vuelve operativa combinando preguntar, responder, observar y experimentar. Aunque la observación está cargada de teoría, que hace ver el mundo con el color del cristal con que lo mira, podría a su vez cambiar a la teoría con una mirada superadora del registro sensorial y creadora de una percepción imaginaria de otro mundo posible.
La percepción convencional reproduce vivencias pasadas, captura información con un sentido prefijado y no situaciones inéditas o sin estructurar: no se anima a arriesgar.
Sherlok Holmes definía sus conclusiones como deducciones de razonamientos, pero en realidad se movía hacia datos cada vez más primitivos y hacia conclusiones cada vez más valiosas que emergían del proceso. Llamaba deducción a considerar premisas desatendidas y observación a su manera genial de organizar las preguntas y respuestas.
Preguntar, observar investigar. En la teoría de los juegos, la observación y la deducción juegan juntas. La naturaleza y el observador son los jugadores, y las jugadas pueden ser deductivas, interrogativas o definitorias. Holmes soluciona el caso Estrella de Plata cuando relaciona el perro guardián, el ladrón y el amo. Reemplaza la deducción por preguntar: ¿a quién no ladra un perro guardián? y ¿por qué no ladró esa noche?
En este sentido el arte de deducir es el de armonizar los que se sabe con lo que no se sabe eligiendo la pregunta oportuna. Preguntar estratégicamente para ampliar la información y sugerir nuevas indagaciones. La contabilidad argumental parte del estado inicial de las premisas, y llega a las conclusiones avanzando con el juego de preguntas y respuestas.
Los hechos se convierten así en objetos de los signos y el juicio expresa una relación lógica, al interpretarlos. La indagación eficaz interrumpe la lógica de la lógica, atiende a lo inesperado, obliga a formular una hipótesis, a verificarla, y aceptarla como creencia. Esta creencia es una nueva expectativa sobre cómo se comportará el mundo en el futuro. Pensamos para parar de pensar; es decir, para sumergirnos nuevamente en el flujo de la experiencia que no requiere de ese esfuerzo. Pero los que saben preguntar no reaccionan sólo ante lo que pasa sino que buscan proactivamente con la antorcha de la verdad encendida entre sus manos. Van por la vida sabiendo que no es posible llegar a la verdad porque cuando aprendieron todas las respuestas les cambiaron todas las preguntas.
* El Dr Horacio Krell, es el director de ILVEM. Consultas en horaciokrell@ilvem.com.ar.
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