Comprar sin dinero

                                   EL ARTE DE LA MOTIVACIÓN * por Horacio Krell

 


 

COMPRAR SIN DINERO

 

¿Se puede comprar sin dinero?

 

El trueque fue el primer sistema que enfrentó  al dilema económico del hombre: ¿cómo satisfacer sus múltiples necesidades con recursos escasos? Al crecer el comercio el trueque se complicó. Como la necesidad es la madre del invento se creó un común denominador del valor y medio de pago: el dinero, muy útil pero que trajo sus propios males: falsificación, tipo de cambio, robos; aunque  lo peor fue que se convirtió en un fin en sí mismo.

 

Préstamos usurarios, fraudes, etc. mostraron su cara negativa. Además los financistas lo alejaron del emprendedor,  para generar su propia  industria del dinero. En 1916 Gesell propuso un impuesto al efectivo, para que cueste tenerlo y que circule produciendo riqueza. Se apoyó en una experiencia exitosa en Austria, que su Banco Central luego prohibió.

 

¿Dónde hay un mango?, la obra de Canaro de 1930 muestra que crisis existieron siempre y que siempre fue posible comprar sin dinero. El valor de una persona se nota en la adversidad. Imagine un naufragio en el cual usted perdiera sus bienes: como el Ave Fénix dependería de usted mismo. Hay dos modos de  crecer: hacia fuera acumulando o hacia adentro hallando al genio que todos tenemos. Ir  de lo interno a lo externo, con un pensamiento libre, no moldeado por la propaganda, es poseer una usina propia que potencia lo que uno es, sabe y tiene; como una moneda de trueque que permite comprar sin dinero.

 

El trueque decayó por su defecto de origen: la difícil coincidencia del deseo de las partes.  En  la última crisis  Argentina mucha gente se asoció a clubes de trueque. Al caer el empleo el dinero había desaparecido de los hogares, generando  recesión en los negocios. Los políticos no aprovecharon la oportunidad y prefirieron recurrir al  asistencialismo en lugar de experimentar con posibles fábricas sociales derivadas de los clubes de trueque, donde la gente había aprendido a cómo comprar sin dinero.

 

En su libro “Mi vida sin dinero”, Heidemarie Schwenner,  lo explica. Ella vendió o regaló lo que tenía, dejó su profesión y renunció a la jubilación. Vive en casas de turistas cuando viajan a cambio de cuidarlas, consigue alimentos en trueque por limpieza. El resto lo obtienen el centro “Da y toma”, que fundó. Lo que para ella fue romper con el consumo tradicional para el prosumidor – mezcla de  productor y consumidor-  es supervivencia.

 

La lógica del trueque es simple, pudiendo elegir, todos  querrían comprar sin dinero, porque el precio incluye la ganancia y porque los excedentes de inventario se venden sin bajar los precios, capitalizando la capacidad ociosa sin dañar la distribución, ni la imagen.

 

La dificultad del trueque es encontrar la media naranja. Pero la necesidad creó el invento: el trueque multilateral, donde el canje no se realiza de a dos sino con una red abierta.

 

En EEUU, Barter, que significa permuta en inglés, fue imparable. Gillete, Du Pont, Texaco, Philips Morris recurren al intercambio, junto a otras entidades del Fortune 500, el ranking de empresas estrella. IRTA- la internacional de trueque- opera en 40 países. También  florecen  consultoras de trueque que cobran sobre las transacciones que  concretan.

 

El trueque puede ser parte de estrategia de marketing personal ante la tercerización del trabajo y pueden usarlo los países deudores  para canjear deuda externa por  educación, una oportunidad para todos, porque la inversión en educación es la única que puede garantizar a largo plazo el pago de la deuda a través del desarrollo sustentable. 

 

Educar es el medio para transferir autonomía y oportunidades, y el  trueque entrena la inteligencia. Sin trueque se desperdician recursos y  hay pérdidas, como los casos  de  aviones con asientos vacíos u hoteles con habitaciones libres. El tiempo no espera, en muchas actividades lo que no se usa se pierde. Einstein  dijo: “Si tuviese la opción en la vida, me convertiría en trocador de  cosas. Esa sería una noble profesión”. Enseñemos a conseguir lo que se desea con lo que se sabe ... y a comprar sinl dinero. Einstein también dijo:”La imaginación es más importante que el conocimiento”.

 

El Dr. Horacio krell, director de Ilvem. Lo invita a saber más sobre trueque en info@ilvem.com.

 

* Dr. Horacio Krell, Director Fundador de ILVEM. Consultas a horaciokrell@ilvem.com.

 

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