LOS 7 PECADOS CAPITALES DE LA INTELIGENCIA
Los 7 pecados capitales de la inteligencia son: elegir mal el problema, considerar sólo la conveniencia, necesidad de tener razón, no saber lo que se quiere, desarrollar una mentalidad dependiente, ser vanidoso, ser extremadamente idealista.
La inteligencia tiene una íntima relación con los problemas, ya que son su motor. Para abordarlos exige condiciones: a) que estén al alcance intelectual del sujeto, b) que quiera hacer algo, c) que tenga poder para hacerlo. La inteligencia racional no opera en el vacío sino en equipo con la inteligencia emocional, ya que sin ella el cociente intelectual expresa solamente un dato. Por lo tanto los 7 pecados de la inteligencia pueden provenir de cualquiera de ambas fuentes:
Los 7 pecados de la inteligencia.
1) Resuelve el problema equivocado. Cuando el pecador no entiende el contexto puede elegir mal, empantanarse o accionar en la dirección incorrecta. El inteligente verdadero comprende la situación, descubre la solución y actúa en consecuencia.
2) Actúa por conveniencia. El pecador busca maximizar su beneficio: Yo gano y tu pierdes. El inteligente verdadero crea relaciones armoniosas a largo plazo: su regla es “Yo gano y tu ganas o no hay trato”.
3) Siempre tiene razón. El pecador es arrogante, emplea la violencia argumental la que siempre precede a la violencia física, desconoce que la fuerza es el derecho de la bestias. El inteligente verdadero tiene solidaridad intelectual en la disputa, aplica la máxima Kantiana de la justicia : “ponerse en el lugar del otro”, porque busca la verdad y por lo tanto considera todos los datos e intereses en juego.
4) No sabe lo que quiere. Al pecador aunque le vaya bien tiene la sensación de falta de sentido porque en el fondo no se conoce y entonces todo le da igual. El verdaderamente inteligente tiene clara su misión y una estrategia que confirma cada día, evitando tomar a la realidad como un pasatiempo o como una simple sumatoria de episodios aislados.
5) Tiene mentalidad de bombero y empleado. El pecador convive con lo urgente, se somete a la emergencia, vive agotado apagando incendios y espera que alguien le indique lo que debe hacer. El verdaderamente inteligente internaliza sus prioridades, sabe que es mejor anticiparse a la crisis descubriendo oportunidades, tiene en una mano el reloj pero en la otra la brújula que orienta su camino. El tiempo para él es un amigo.
6) Es vanidoso. El pecador es en exceso individualista, lo que no pueda hacer él no se puede hacer, cuando se esfuerza hace crecer el obstáculo, cuando acelera genera rechazo, ataca los síntomas pero la enfermedad queda intacta y siempre reaparece. No se da cuenta que muchas dificultades provienen de pseudosoluciones de ayer que se manifiestan hoy. El inteligente verdadero valora el equipo, es humilde, sabe que actuar bien es tan importante como actuar rápido, que hacer más de lo mismo o la salida fácil lo mantendrá tal como está, que lo importante para cambiar es hacer palanca sobre los factores de alto rendimiento y conocer la fórmula para descubrirlos.
7) Es en extremo idealista o realista. El pecador se enamora perdidamente de sus ideas o es exitista y su ánimo depende del éxito o del fracaso del momento. El inteligente verdadero es pragmático, posee metas claras y principios -como el Socrático: “sólo se que no se nada”-, los realimenta con ideas y acciones de alta potencia y delega todo lo demás. Aprende nuevas metodologías porque los métodos son para él su mayor riqueza y los capitaliza convirtiéndose en la gallina de los huevos de oro. Predica con el ejemplo, empieza ahora mismo: sabe que a largo plazo estaremos todos muertos. Reconoce que si bien puede elegir lo que quiera, no podrá evitar las consecuencias de su elección..
El octavo pecado es no integrar inteligencia con creatividad, lo que implicaría sumar a la resolución de problemas como enfoque reactivo ante lo que pasa, el principio proactivo que pretende que las cosas ocurran como se desean, para que el futuro no suceda sino que se lo haga suceder. Crear es también inventar problemas que todavía no existen y poner a trabajar a la inteligencia en el camino de su resolución.
Los 7 pecados de la inteligencia señalan un camino, conociendo el pecado no hay que convertirse en pecador.
* Dr Horacio Krell. Director de Ilvem. Secretario de rel. internacionales de UAF Unión Argentina de Franquicias y Propulsor de UP Unión de Permutas horaciokrell@ilvem.com.
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