EL TRUEQUE COMO ESTRATEGIA COMERCIAL
HORACIO KRELL
Director de la Unión Argentina de Franquicias y de la Unión de Permutas
El trueque fue el primer sistema económico. El dinero facilitó el comercio, pero el individualismo y la libre iniciativa lo concentraron en pocas manos. El dinero sólo sirve cuando circula. Nacido para incrementar el comercio, terminó dominando a la economía: el medio se convirtió en fin.
La moneda nacional compite con otras: la internacional (el dólar), las privadas que emiten empresas (millas de pasajeros frecuentes, bonificación para compras futuras), y la llamada moneda social (bonos de canje por tiempo trabajado: Time dollars en New York).
Son ruedas de auxilio para un sistema que no soluciona sus problemas: envejecimiento poblacional, inestabilidad monetaria, destrucción del medio ambiente y desempleo.
El interés en los créditos es una espada de Damocles. En el pasado, la oxidación -impuesto al dinero que se posee- promovió la inversión. Las catedrales del siglo XII, se hicieron para durar generando ganancias a largo plazo: Chartres vive del turismo desde hace 800 años.
Las monedas fuertes se devaluaron en 30 años un 58 %. Invertir en inmuebles o acciones es un paliativo, pero los tsunamis financieros se llevan todo. Desde 1971, Nixon desvinculó el dólar del oro incentivando la especulación en divisas.
El comercio internacional crece al 5% anual y el de divisas al 25%. La tendencia es clara: se contratan más especialistas en finanzas que en producción o marketing.
El dinero no es neutral. Su futuro no trata sobre inflación o deflación, tipo de cambio, patrón oro o papel moneda; sino sobre el tipo de sociedad que el dinero crea. La tecnología, la timba financiera y las nuevas monedas promueven el cambio. Como el dinero asigna recursos, crear un futuro mejor implica pensar en el dinero que lo construirá.
Platón decía, "El comienzo es la parte más importante del trabajo", y Pascal afirmaba que lo último que sabemos "es por dónde empezar". Siguiendo a Gramsci: seamos pesimistas en el diagnóstico y optimistas en la acción. Aprendamos a hacer con el dinero; somos libres para elegir pero no para evitar las consecuencias de nuestros actos.
La moneda de canje por necesidad resurge ante las crisis. El canje de oportunidad es inteligencia aplicada. Einstein dijo: "Si tuviese la opción, me convertiría en trocador de cosas. Es una noble profesión". Carl Seelig lo abastecía de sopas a cambio de información, un trueque que Einstein agradecía. Canjear es permutar lo que se sabe o se tiene por lo que se quiere. Inventemos el futuro reinventando el dinero. Muchas empresas y profesionales practican el trueque como estrategia comercial.
A los ricos les sobra dinero: Bill Gates lo dona, otros lo derrochan; apostemos a invertirlo en educar a la mente, la única riqueza que nunca se pierde. No permitamos que lo que somos nos impida alcanzar lo que podemos llegar a ser.
* Dr Horacio Krell. Director de Ilvem, de UAF – Unión Argentina de Franquicias , de UP- Unión de Permutas. Consultas en horaciokrell@ilvem.com.
Publicado el 6/1 por Revista Fortuna , Número 188, página 68.
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