HACER LO QUE ME GUSTA
Vivimos en una época complicada que nos lleva a interrogarnos sobre hacer lo que me gusta o hacer que me guste lo que hago.
El sistema nervioso autónomo - que regula lo que no se controla, como la respiración -, provee al sistema conciente la información actualizada del entorno. Mantiene un estado de alerta que aumenta la capacidad de percepción y prepara al organismo para responder. Otro sistema, el emocional acerca al pensamiento los recuerdos, que son tan importantes como la información. Ambos sistemas proporcionan la energía para concentrarse. El ser humano es el único animal que reflexiona sobre lo que le pasa y puede cambiar. Hacer lo que me gusta implica que un punto de control indique cuándo moverse. Este mecanismo difiere en cada persona. El extravertido requiere alta estimulación para reaccionar. El introvertido -no como se cree - percibe demasiado y se encierra para evitar el colapso. Ambos están conectados con la vida, pero el introvertido se niega a que lo abrumen y para el extravertido su punto clave es la sensación.
Las claves son la intensidad de estímulo y el tipo psicológico predominante que puede ser sentimental, sensitivo, intuitivo o pensador. La ansiedad crónica que surge del estrés puede crear patologías.
Cada persona al nacer posee un recurso divino ya que fue creado a imagen y semejanza de un gran creador que le transfirió parte de sus atributos. Cada individuo refleja su divinidad al inscribirla en una parte de su cerebro que revela cómo hacer lo que me gusta. El cerebro se estructura en hemisferios conectados por fibras y una fisura que separa los lóbulos anteriores y posteriores, que se reparten funciones. El lóbulo frontal izquierdo se encarga del habla, el lóbulo posterior izquierdo del léxico, el posterior derecho globaliza el sentido del mensaje y el frontal derecho lo expresa gestualmente.
Descubrir el tipo personal es descorrer el velo que impide conectarse con la vocación y que se define por “conócete a ti mismo” y poder entonces hacer lo que me gusta. Muchos se desvían por factores culturales, sociales o educativos. Por ejemplo si papá es abogado exitoso debo aprovechar la situación aunque nací soñador. Así es como las competencias luchan con las preferencias naturales y surge el estado de insatisfacción. De 4 tipos resultantes de se suele ser muy bueno en uno, bueno o regular en dos y débil en el cuarto, el que habitualmente se ubica en diagonal con respecto a la fortaleza.
Hacer lo que me gusta o desviar la preferencia. Ir contra natura afecta la salud física y mental. Los lóbulos frontales tratan los problemas: el frontal izquierdo piensa, analiza , encuentra los errores, fija las prioridades, analiza costos y beneficios. El frontal derecho intuye, actúa por lo general en situaciones difíciles imaginando soluciones novedosas, descubriendo el patrón o la tendencia general. El lóbulo posterior izquierdo es sensorial, se especializa en las secuencias, las rutinas, las reglas, es objetivo y poco emocional, trabaja con las cosas como son, mientras que el posterior derecho o sentimental, trata de organizar los que ve con lo que siente creando la armonía y la paz privilegiando a las personas.
Cada persona tiene un tipo dominante, el error común es desviarlo, dejar de ser auténticos para acomodarse a la realidad. Aparece entonces el estrés cuyos agentes siguen la ley de Pareto - el 20 % es la influencia del factor, el 80 % de cómo se lo percibe. De ahí la importancia de saber cambiar la percepción lo que no significa ser el optimista a ultranza basado en la ilusión ni el pesimista crónico que se paraliza. La respuesta inteligente es realista. El que no puede hacer lo que le gusta puede intentar acomodar la percepción de la realidad para transformarla en oportunidad de que le guste lo que hace. Pero quien utiliza la brújula interior al elegir su preferencia es 100 veces más efectivo que quien maneja solamente la competencia que adquiere mediante el entrenamiento con un alto costo en consumo de energía.
El que logra un sano equilibrio combina sus preferencias con los modos auxiliares y compensa sus debilidades asociándose con cerebros complementarios. Esta es la esencia del trabajo en equipo. Descubrirse a sí mismo es una tarea compleja por el déficit del sistema educativo que dando prioridad a la socialización hace perder potencia individual, ya que un sujeto insatisfecho a la larga y como círculo vicioso perjudica al tejido social. Descubrirse implica equilibrar el corto plazo caracterizado por la vivencia y el largo plazo que pretende la supervivencia. La educación al tratar a todos por igual enseñando contenidos uniformes alejados de la preferencia pierde su oportunidad de desarrollar el genio que todos llevamos dentro y hacer lo que me gusta. Reencontrarse en cualquier momento de la vida implica el uso consciente de los 4 tipos sabiendo que la sinergia entre ellos exige tanto de la comunicación como de la acción. El primer factor es saber manejar el azar que favorece sólo al preparado. Armar una jornada energizante es actuar como la batería en el auto: si se usa para iluminar se desgasta y se arruina, si se la conecta con el encendido del motor se recarga de manera continua.
Lo importante es empezar el día con el pie derecho después de dormir a la noche dialogando con la almohada. La técnica del sándwich consiste en empezar la mañana con tareas preferentes – hacer lo que me gusta- e intercalar las necesarias en un sube y baja. Otra manera es hacer un paquete para lograr estabilidad. Y para trabajar en equipo, se debe identificar en el proceso de formarlo al inventor que aporta las ideas, al innovador que las lleva a la práctica, al estabilizador que genera la rutina y al armonizador que conecta al grupo con el mercado. La calidad bien entendida empieza por uno mismo. La felicidad no está en la estación a que se arriba sino en la manera de viajar.
* Dr Horacio Krell. Director de Ilvem. Secretario de rel. internacionales de UAF Unión Argentina de Franquicias y Propulsor de UP Unión de Permutas. Consultas en horaciokrell@ilvem.com.
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