SISTEMAS CREADORES DE RIQUEZA
Hay sistemas creadores de riqueza y de pobreza. La riqueza se concentra en pocas manos cuando la inversión en empresas produce valor agregado sólo para los accionistas. La pobreza sólo se distribuye. Una forma de ver la riqueza se basa en las propiedades que se poseen. Propiedad es el poder legal sobre una cosa que permite disponer de ella.
La economía del conocimiento es uno de los sistemas creadores de riqueza que acelera el proceso creador pero no puede evitar los efectos negativos que provoca.
Las verdaderas revoluciones desplazan tecnologías, instituciones y mueven el piso. Podemos remitir sus antecedentes a 1956 – hay más empleados que obreros-, 1960 - nace ARPANET, el antecesor de internet-, 1965 - la inteligencia sustituye a la fuerza bruta-.
La percepción subjetiva. Para arquitectos e ingenieros la riqueza es tener proyectos que permitan ganar mucho dinero, para abogados y médicos casos o pacientes que dejen buenos honorarios, para gerentes que sus empresas generen ganancias crecientes, para artistas y deportistas ganar fama y reconocimiento, para condenados recobrar la libertad, para ciegos, sordos y mudos ver, escuchar, hablar, para enfermos graves mejorar su salud, para solitarios tener una familia, para los pobres tener el pan para sus hijos.
Riqueza es lo que es útil para satisfacer el deseo. Otros la definen por aquellos bienes inmateriales que no se compran con dinero: salud, trabajo, reputación, felicidad y amor. Para Aristóteles no hay que tener mayor riqueza que la que se necesita para subsistir.
Sistemas creadores de riqueza. Entender cómo se crea, permitirá construir sociedades capaces de crecimiento económico y de reducir la pobreza. Hay culturas que la reprimen y otras que la buscan. Un paso fundamental fue cuando en 1970 Deng Xiaoping liberó el deseo en China con una frase "enriquecerse es magnífico". Gestionar el deseo es el punto de partida, no basta con promoverlo, pero predicar la pobreza es un freno a la riqueza. Para Gandhi "rico no es el que más tiene sino el que menos necesita". Pero sin riqueza no sustentaremos a los 6500 millones habitantes del planeta. El avance sobre el control de la naturaleza por el conocimiento productor de riqueza no fue parejo. Religiones y tradiciones en determinadas épocas conservadoras prefirieron distribuir el saber existente en lugar de crearlo.
Las etapas del desarrollo económico. La primera fue la del recolector-cazador. La segunda fue la del agricultor-pastor. Con la ciencia se inició la etapa industrial. Los cazadores o recolectores se limitaban a sobrevivir, la riqueza comenzó con la agricultura.
Un invento anónimo hace 10.000 años: - plantar una semilla- posibilitó que la naturaleza hiciera lo que el hombre quería en lugar de aceptar las leyes naturales.
Así el hombre pudo afincarse, almacenar y obtener excedentes económicos. Desde entonces aparecieron los poderosos que se ingeniaron para quedarse con la mayor parte.
A fines del xvii surgió un sistema basado en fábricas, urbanización y laicismo, que combinó la energía de los combustibles con tecnologías basadas en la fuerza bruta, que requerían trabajos físicos repetitivos, producción en serie, educación, medios de comunicación y cultura de masas. Su poder en los países desarrollados se basó en especialización, estandarización, sincronización, concentración, centralización, maximización de escalas.
La riqueza de las naciones ricas nace de la ciencia. Japón adoptó la medicina holandesa, descartó sus textos clásicos por teorías científicas. Japón se convirtió en potencia industrial. La economía del conocimiento. La ciencia avanza generando hipótesis, observaciones y experimentos, desechando y creando teorías. La ciencia no se adueña de la verdad pero se acerca a ella. Como los recursos de fácil explotación que facilitaron la revolución industrial se están acabando, hay que lograr que las sociedades primitivas se modernicen para crear un petróleo verde que se regenere con energías alternativas no contaminantes, sustituyendo a los recursos no renovables. Las regiones atrasadas pueden acortar el camino aprendiendo de los países desarrollados. La economía del saber cambia los recursos tradicionales -tierra, mano de obra y capital- por el saber que desmasifica, cambia familias y jerarquías.
El sistema recolector buscó alimentos, el agrario los hizo crecer de la tierra, el industrial los fabricó, el sistema del saber usa la mente: servir, pensar, aplicar, experimentar: detrás de la apariencia de cualquier objeto se encuentra el saber que lo hizo posible.
El fundamento de los cuatro sistemas se ejemplifica con objetos que los caracterizan: el arco y la flecha, el arado, la cadena de montaje y el ordenador. Descubrir el fundamento de la época que nos toca vivir es el desafío del presente. Hoy el progreso ha pasado de una relación aritmética a una geométrica y las transformaciones se suceden vertiginosamente.
Si para Heráclito lo único constante es el cambio, para Parmenides se mantiene la esencia. Al crecer el conocimiento y su aplicación, hasta los valores cambian.
De la pobreza a la riqueza. Los países desarrollados hacen operativo el conocimiento y tienen capacidad de reacción. El proceso de reconversión mental debe adecuarse al cambio objetivo, porque que la brecha entre los que van adelante y los que se quedan es cada día mayor. El riesgo es que la pobreza se vuelva crónica, perpetuando el asistencialismo.
La agricultura mejora radicalmente el rendimiento aplicando genética, láser, satélites, computadoras y otras tecnologías. Sólo evitaremos las villas miseria cuando se cierre la brecha de productividad, y las áreas pobres se conviertan en centros altamente productivos. La economía del conocimiento desconcentra la producción y puede transformar al campo si convocamos a un ataque global contra la pobreza desde la agricultura, para que se abra un futuro en el que produzca artículos de alto valor agregado, con un impacto mayor y duradero sobre la pobreza mundial que toda la burocracia de subsidios y aranceles.
Sistemas creadores de riqueza individual y social. Considerar la relación entre acciones, objetivos y productividad económica nos permite comprender cómo las naciones generan sus riquezas.
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