La batalla de la inteligencia se libra entre la estupidez, la viveza y la inteligencia. En el mundo se enfrentan los vivos, los estúpidos y los inteligentes. La mejor forma de diferenciarlos es observar como enfrentan los problemas. La primera reacción del hombre inteligente es de tipo emocional. Emoción deriva de moverse, de no conformarse, de buscar diferentes caminos hacia la salida (exit es la salida hacia al éxito). El estúpido se resigna o actúa con violencia. El vivo maniobra con los efectos o intenta transferirlos a terceros, sin atacar la causa. La respuesta. El estúpido no puede ver el problema y no hace nada, el vivo lo elude o desvía las consecuencias, el inteligente lo estudia. El estúpido se paraliza, el vivo lo manipula y el inteligente lo resuelve. El inteligente parece estúpido ante ciertos problemas, el estúpido ante otros parece inteligente, la naturaleza del vivo lo lleva a zafar de la situación. Vivos y estúpidos se meten en problemas en los cuales el inteligente ni siquiera se interesa. La ética y el conocimiento. El estúpido puede ser moralmente intachable, el inteligente moralmente neutro, el vivo deja la ética al costado. El estúpido puede saber mucho, el inteligente sabe que no irá lejos sin el conocimiento, el vivo lo que sabe es cómo aprovecharse del otro. La realidad a veces nos deja estúpidos, la inteligencia luego nos rescata. El vivo comparte con el estúpido la salida equivocada, con el inteligente cierto tipo de movilidad mental. Las culpas y los resultados. El vivo piensa en evitar el efecto, el inteligente en lograr su objetivo. El vivo si no puede manejar el efecto, culpa a los demás, el inteligente asume sus aciertos y sus errores. Las etapas en la batalla de la inteligencia. Al comienzo el vivo parece inteligente, y el inteligente parece estúpido. Vivos y estúpidos incrementan sus debilidades, el inteligente privilegia sus fortalezas y transforma sus defectos en virtudes que refuerzan su auto estima. El vivo y el estúpido son reactivos ante el suceso, el inteligente es proactivo, genera los cambios para que sucedan en dirección a sus metas. El método. El vivo y el estúpido son como hojas arrastradas por el viento, el inteligente piensa que no hay vientos favorables para el que no sabe a qué puerto quiere llegar. Cuando el efecto se manifiesta el vivo acude a la rapidez y a la improvisación, y parece inteligente, el estúpido no se da cuenta. Otra vez el inteligente, parecerá lento y hasta torpe. Ante la realidad. El vivo la disfraza, su mensaje es un slogan, el estúpido no la percibe, el inteligente sabe que la realidad es la única verdad, y lucha contra el facilismo de los que prefieren que les mientan. El vivo cree que puede lograr cualquier cosa, el inteligente sabe que los recursos son escasos y que debe administrarlos con eficiencia. Optimismo y pesimismo. El vivo y el estúpido son ilusos o anticipan su fracaso, el inteligente es optimista, tiene los ojos en el cielo y los pies en la tierra. Ante la dificultad se preocupan y hacen lo indispensable, el inteligente se ocupa y hace lo necesario para aumentar continuamente su círculo de influencia. El vivo y el estúpido aceptan su destino perdedor, el ganador inventa su éxito. Vivos y estúpidos tienen mentalidad perdedora. El ganador imagina el triunfo y visualiza las acciones necesarias para lograrlo. Se concentra en ganar. Vivos y estúpidos se debilitan con el fracaso y no lo aceptan, el inteligente aprende del error. A Mahatma Gandhi le preguntaron si quería monopolizar el mejoramiento del universo. Contestó: “No, yo sólo asumo el monopolio del mejoramiento de mí mismo. Y ya esa es una tarea muy difícil”. Si un hombre se mejora a sí mismo mejora su familia, cuando mejora su familia mejora su barrio, cuando mejora su barrio mejora la ciudad, cuando mejora la ciudad mejora el país, cuando mejora el país mejora el mundo. En un concurso para incrementar las ventas de una pasta dentífrica participaron estúpidos, vivos e inteligentes. El estúpido se paralizó, el vivo sugirió incentivar a los jefes de compras, el inteligente que daría su idea si se asociaba al resultado. Aceptaron su propuesta: sugirió aumentar el tamaño del agujero por el que sale la pasta. El inteligente se hizo millonario. LA BATALLA DE LA INTELIGENCIA ESTÚPIDOS VIVOS INTELIGENTES No entienden la materia que deben estudiar. Trabajan con los efectos, buscan sólo la nota. Buscan causas y relaciones, quieren aprender. Se meten en lecturas o problemas innecesarios. Zafan, buscan un resumen para no leer todo el texto. Se dedican a contenidos de alto valor estratégico. Ante la dificultad reaccionan con violencia o se paralizan. Buscan la fácil o trasladar la carga. Se copian o fingen. Estudian los problemas como oportunidad. Son reactivos, reaccionan si algo les pasa, por ejemplo ante una mala nota. Son reactivos, estudian en épocas de exámenes o ante quejas de la familia. Son proactivos, se adelantan al examen estratégicamente. No hacen nada o esperan lo peor. No se esfuerzan, estudian una bolilla por si les toca. Encuentran la solución, preparan toda la materia. No saben pensar, estudian de memoria. Piensan en sí mismos no tienen redes de apoyo. Son lectores veloces, saben estudiar, se expresan claramente, piensan creativa y estratégicamente. Desde el principio parecen estúpidos, es su naturaleza. Al principio parecen inteligentes, son rápidos. A veces la realidad los deja estúpidos, luego la inteligencia los rescata. Son lentos y confusos, la realidad los abruma. Saben disfrazar la realidad, responden con astucia. A veces parecen torpes, pero saben que no irán lejos sin el conocimiento. En el futuro siguen haciendo lo mismo. Buscan manipular los resultados con astucia. Busca perfeccionar su inteligencia, visitan www.ilvem.com o Mansilla 3037 tel 48215411 o Avda de Mayo 950 tel 43345403. * Dr Horacio Krell. Director de Ilvem. Secretario de rel. internacionales de UAF Unión Argentina de Franquicias y Propulsor de UP Unión de Permutas. Consultas a horaciokrell@ilvem.com. |