Aprender a pensar

                                   EL ARTE DE LA MOTIVACIÓN * por Horacio Krell

 


 

APRENDER A PENSAR

Una forma de aprender a pensar es pensar sobre el pensamiento como sistema.

Un sistema no es la sumatoria de sus partes, un montón de manzanas no lo es. En un sistema  las partes interactúan para conformar un todo con propiedades emergentes. Los sistemas cerrados mueren al no recibir energía del exterior. Para que sobrevivan, por su puerta de entrada debe reingresar el feedback - el alimento que le informa cuál fue su rendimiento- y que se constituye en la materia prima de su propia evolución. Se trata de que lo que sale como producto vuelva mejorado como insumo estimulador.

En los sistemas hay mecanismos  compensadores que les ponen límites. Así cuando más produce más (más gimnasia provoca más sed) , se toma agua para saciarla y más produce menos (al beber más agua se tiene menos sed).

Aprender a pensar con un enfoque sistémico es estudiar el sistema en la teoría  y controlarlo en la práctica viéndolo funcionar. Luego se deben reunir los elementos en una síntesis creativa y armónica para que el todo supere  a la simple sumatoria de las partes.

Deben usarse métodos de calidad y  ecología en los procesos en lugar de la fuerza bruta, para que en este mundo de sistemas complejos, la tecnología no siga subiendo por el ascensor y el hombre por la escalera.

Aprender a pensar es evitar la sistematización  ilegítima del pensamiento único que uniforma sin notar las diferencias particulares. Para no caer en ella conviene razonar por virtudes argumentales como la objetividad que no se somete al enfoque subjetivo, la explicación de los datos sin acomodarlos a las creencias, el contraste de los supuestos con la realidad y las predicciones que pueden comprobar o falsear las teorías.

La fortaleza del sistema depende de su parte más débil, el hilo se corta por lo más delgado y  su velocidad  de la más lenta, la salida de la botella depende del tamaño del cuello.

En un sistema complejo el futuro es un enigma porque según la ley de Murphy todo lo que puede salir mal va a salir mal: ninguna obra se termina en el plazo previsto, nadie brilla siempre sino que  tiende al promedio y las acciones varían según dónde se apliquen.

Pese a todos los inconvenientes  en lugar de esperar  cruzado de brazos conviene aprender a pensar activando el pensamiento sistémico planificador y estratégico y no dejar los deseos sujetos al azar. La honestidad, la cooperación, y la motivación son el 20 % de factores emocionales que provocan el 80 % de los resultados. Sin ellos no hay cambio estructural, porque los modelos mentales son determinantes más allá de lo que indiquen las soluciones lógicas. Para mover un sistema hay que elegir bien el punto de apoyo.

Un pensador sistémico sabe aprender a pensar,  mira hacia atrás examinando las causas y hacia delante prediciendo los resultados. No hay construcción sin destrucción creativa del sistema anterior.

Aunque las cosas funcionen hay que estar atento, porque nada fracasa tanto como el éxito, y una vez estabilizados los sistemas se resisten a cambiar mientras la realidad varía haciendo que las buenas soluciones de hoy  provoquen las dificultades de mañana.

El futuro de un sistema depende del uso sus recursos y no de la voluntad divina, por eso Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza. El efecto dominó hace que el aletear de una mariposa en Brasil pueda generar un terremoto en San Francisco (Teoría del caos de Ilya Prigogine); pero hay que aprender a pensar cómo se  hace jugar el azar a nuestro favor.

Lo importante es  intervenir en los sistemas para inventar  el  futuro anhelado,  enfrentando la tesis determinista de Einstein según la cual Dios no juega a los dados y que todo lo que es posible  lo ha  predeterminado. Para ello conviene pensar en el futuro como una construcción en la cual los objetivos  crean las opciones dentro de las cuales  lo real es  sólo una entre muchas. Para señalar el camino debemos aplicar sin dudas el principio con el cual Disney diseñó su propio sistema: "si lo puedes soñar lo puedes hacer". Y mal no lo fue...

* Dr Horacio Krell. Director de Ilvem. Secretario de rel. internacionales de UAF  Unión Argentina de Franquicias y Propulsor de UP  Unión de Permutas. Consultas a   horaciokrell@ilvem.com.

 

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