LEER CON EL CEREBRO
Leer con el cerebro implica que el que lee es el cerebro y no los ojos. El tallado del alfabeto inició el camino de la superación pero también el de la perversión.
Capaz de sentir, creer y curiosear la emoción abrió el camino a la conciencia y al contacto social. La credulidad lo predispuso a aceptar lo mágico, la curiosidad lo acercó a la ciencia. El cerebro produce pensamientos, así como el estómago genera jugo gástrico, el hígado la bilis y el riñón la orina. Sin equilibrio entre acción y reflexión se cae en la agitación impulsiva o en la depresión paralizante. Como productor de la cultura el cerebro configurará el futuro de la humanidad.
El cerebro de la lectura. Para Chomsky la ignorancia se manifiesta formulando problemas y misterios. Los primeros podemos resolverlos, ante los segundos no sabemos qué hacer. La ciencia es el medio para pasar del misterio al problema. Uno de los misterios de la mente es cómo leer con el cerebro. El lector inglés en su propio idioma usa zonas de la corteza distintas que el lector italiano. Esto tiene que ver con la estructura del lenguaje. La lengua inglesa requiere más procesamiento, su "cerebro de lectura" difiere. Al leer con el cerebro una segunda lengua, "cambiamos al cerebro", que cambia con el aprendizaje.
Los mapas del cerebro. El cerebro no es un órgano más, conocemos gracias a él. Para explorarlo debemos contar con mapas. Así como estudiamos el globo terráqueo habrá que lograr "cartografía cerebral" con la base biológica de las funciones cognitivas. Las imágenes del cerebro obtenidas por resonancia magnética, permiten observarlo y servirán para "enseñarnos a aprender". Desde que el ojo se detiene en una palabra hasta entender su significado pasan unas 300 milésimas de segundo. Esta "cronometría de las neuronas"puede darle relación temporal al espacio anatómico en cuatro dimensiones.
A diferencia del geógrafo de un planeta mapear cerebros implica procesar diferencias individuales para poder construir un modelo acumulativo. El BrainMap es una base de datos que permite ante una localización cerebral encontrar la conducta asociada.
La utilidad educativa es que la destreza para navegar en "espacios neurocognitivos" se difundirá como los mapas geográficos y se enseñará a optimizar el uso y cómo leer con el cerebro. Hemos arribado a una frontera, si miramos hacia fuera, vemos el mundo. Si miramos hacia adentro, a nosotros mismos. Las dos miradas son indisociables.
Lectura argumental. Hay que considerar el componente mental. ¿Existe la mente disociada del cerebro? Somos libres de elegir, pero estamos condicionados. La lectura es constitutiva en el hombre, por eso Borges dijo que somos lo que somos por lo que leemos. Nuestro cerebro se forma con la lectura y la cultura, pero no basta tener buena vista para saber leer lo que el texto afirma. Para eso hay que formular preguntas de comprensión, de verdad y de valor. Leer con el cerebro esta triple lectura implica traducir el texto al propio lenguaje, analizar su verdad y su valor. La primera es internalista o pasiva, se dice lo mismo con otras palabras. Si lo que se busca es la crítica la lectura es tipo panfleto. La tercera es más bien externa, lo que el texto le deja al lector. El cuarto eje es el debate.
Aprender a leer con salidas que apoyan, atacan, o articulan, ayuda a generar una memoria argumental y la capacidad de juicio. El cerebro arrogante crea un vértigo simplificador que borra las diferencias e ignora las excepciones por insistir en la regla. El vértigo del especialista es que tiene un martillo y todo lo que ve le parece un clavo. Lo mejor es un pensamiento que vincule las partes para situarlas en un horizonte más amplio. La percepción sin el concepto es ciega el concepto sin la percepción es vacío.
El cerebro sin memoria no puede pensar y sin lectura la memoria no puede aprender.
* Dr Horacio Krell. irector de Ilvem. Secretario de rel. internacionales de UAF Unión Argentina de Franquicias y Propulsor de UP Unión de Permutas. Consultas a horaciokrell@ilvem.com.
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