En el hombre como en la PC todo pasa por el cerebro. La Memoria ROM la hace funcionar así como los instintos nos permiten respirar. Un cerebro ROM sería estático, repetiría las recetas del pasado. Pero el cerebro puede cambiar la memoria por una propiedad RAM, la neuroplasticidad. Su productividad depende de la calidad del trabajo que la persona realice.
La memoria ROM de archivo tiene la función de repetición. Podemos tener una gran memoria y no saber usarla y sin inteligencia la memoria es ciega. ROM aporta experiencia y conocimientos, RAM novedad e información. La memoria del futuro que denominamos RUM (por rumbo) dirige al cerebro hacia su propósito, su recurso es la imaginación.
El cerebro no debe caer en la trampa de usar una Memoria ROM que aplica recetas a contextos que no las digieren, ni en la de la memoria RAM que está atada a la novedad.
El riesgo es olvidarse de construir el futuro. Para evitarlo pasado, presente y futuro deben asociarse y gestionar los datos para producir ideas nuevas y adaptarse a los cambios.
Hay que aprender a cambiar la memoria.
Antes el presente era habitado por el pasado. La universidad tenía la misión ROM de custodiar el saber, hoy es una RAM de producción, investigación, y docencia. La inteligencia emocional también está cambiando, con menos repetición y con una movilidad creciente y abierta a la producción de redes. Antes se excluía al presente de la invención, hoy el desafío es enfrentar lo desconocido, conocernos, e inventar el futuro que deseamos.
Las memorias RAM no son memorias sin memoria, son memorias activas que se nutren del pasado con programas que relacionan datos y gestionan nuevas ecuaciones. El pasado no es la única opción. Ante las nuevas tecnologías la educación deberá sintonizar las memorias ROM, RAM y RUM, rechazando a los que ven la lógica RAM como producción de basura y añoran la lógica ROM donde la historia sería la única garantía de calidad.
Ante educaciones distintas variará la ROM de cada persona, el sistema operativo que una vez adquirido, para bien o para mal, lo acompañará durante toda la vida. Así habrá gente documentada pero conservadora o con un saber vulgar pero con mayor apertura.
Lo que se graba durante la maduración cerebral, crea el formato propio ROM de cada cerebro, que luego aplicará las instrucciones almacenadas sin alterarlas significativamente a lo largo de la vida. El sistema operativo se instala en la infancia por eso es necesario un cambio en el sistema educativo que contribuya a desarrollar sus fortalezas, para que la memoria ROM que se genera en la infancia no limite el crecimiento de la memoria RAM que se actualiza permanentemente. Previendo las fallas de origen en la ROM habrá que dar prioridad a la formación de los buenos hábitos que predispongan a consolidar una RAM atenta a las oportunidades y a las amenazas. Esta alianza estratégica entre ROM y RAM o entre hardware y software permite cambiar la memoria con la dirección orientadora de la RUM, la memoria del futuro que cada persona debe empeñarse en construir.
* Dr Horacio Krell. Director de Ilvem. Secretario de rel. internacionales de UAF Unión Argentina de Franquicias y Propulsor de UP Unión de Permutas. Consultas a horaciokrell@ilvem.com.
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