CAMBIAR LA ATENCIÓN
El cerebro humano al cambiar la atención hacia lo que es importante y valioso puede convertirla en una herramienta importante para aumentar el rendimiento.
Atender es dirigirse o extenderse hacia algo. Entonces el pensamiento se convierte en percepción y se manifiesta como una disposición física y mental para seleccionar y elegir.
Hay varias formas de cambiar la atención. Martín Fierro usó una de las mejores: llamar la atención. “Atención pido al silencio, y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a contarles que a mi historia le faltaba lo mejor”.
Este es su rol expresivo. Consiste en captar la atención de los demás. El rol receptivo se refiere al receptor del estímulo quien debe optar por aceptarlo o rechazarlo.
El piloto automático. Para no ser invadido por los ladrones de tiempo externos (los estímulos) o los internos (las ideas parásitas), mucho optan por cambiar la atención hacia un modelo pasivo que les permite funcionar en automático sin percibir nada de lo que pasa. El costo está en lo que dejan de observar. En la cultura del zaping lo que era un vicio (la impaciencia) se ha convertido en una virtud. Todo les da igual y sin paciencia no existe el tiempo necesario para que alguna actividad se convierta en una pasión.
Cambiar la atención. La atención es la función clave en el estudio, en el trabajo, en los negocios y en todo lo que se hace. La lectura es la actividad en la cual el hombre se destaca por ser el único que aprendió a tallar el alfabeto en su cerebro. Sin embargo, la mente se dispersa porque las ideas parásitas impactan al lector. Ocurre que las partes ociosas del cerebro reclaman atención, y así como los que no hacen nada molestan, del mismo modo las partes ociosas no permiten lograr concentración. Es que la mente -vagabunda por naturaleza- salta de un tema al otro sin cesar. Le cuesta atender por períodos largos.
AIDA. Los vendedores intentan cambiar la atención del cliente, la mantienen despertando su interés, la hacen crecer generando el deseo y llegan a la acción convirtiendo la atención en venta. Atención significa regalo, su sinónimo es presente, quizás porque la atención se manifiesta en el ahora y no como la memoria en el antes o el proyecto en el después. Atención es también tener cuidado o descubrir oportunidades como la de percibir que la botella por la mitad está medio llena y no medio vacía.
El psicoanalista sabe cambiar la atención por la atención flotante y detectar el mensaje oculto detrás las palabras. Aquí la atención ayuda a que emerja la verdad.
La mentalidad de bombero que corre sin advertir lo importante, plantea la diferencia entre la eficiencia o hacer las cosas bien y la eficacia o hacer lo que vale la pena. Se trata de aprender a cambiar la atención hacia lo que tiene valor, de ganar y no de perder el tiempo.
Una cosa es distraerse y otra hacerse el distraído. Hay que notar si la persona se da cuenta pero prefiere mirar para otro lado. La mayoría de las personas son selectivamente distraídas e intermitentemente atentos. Mareados por el estrés de lo urgente y preocupados por su beneficio dejan en el olvido a los olvidados de siempre, los excluidos del sistema.
Decálogo sobre cómo cambiar la atención.
No conviene dividir la atención, es mejor hacer una cosa por vez.
Hay que actuar con precisión y velocidad, los métodos son el capital de la atención.
No existe mejor remedio que hacer lo que nos gusta.
Es importante la claridad en el querer. Séneca dijo: “ No existen vientos favorables para el que no sabe a qué puerto quiere arribar”.
Es necesario evitar el piloto automático para no perder oportunidades.
Sostenido por el pensamiento positivo el interés es el aliado emocional de la atención.
Midiendo la cantidad de distracciones por minuto se toma conciencia de su gravedad.
Realizando gimnasia mental o psicogym se entrenan las neuronas de la atención y descansando en la fatiga se repara el cansancio que genera.
Aprendiendo a usar el cerebro se logra que la atención se transforme en concentración.
El estado de flujo es un entrenamiento de la atención y de la energía psíquica para lograr gran productividad y sin esfuerzo. Se alcanza una sensación de control mental de las emociones y la conciencia se funde con el hacer que se experimenta como una recompensa.
El 20% de lo que se hace produce el 80% de los resultados, por eso conviene centrar la atención en el 20% productivo. Si la mente se atasca lo mejor es alinear el foco de atención con la asignación de importancia. Administrar el tiempo es administrar la mente.
*Dr Horacio Krell. Director de Ilvem. Secretario de rel. internacionales de UAF Unión Argentina de Franquicias y propulsor de UP Unión de Permutas. Consultas horaciokrell@ilvem.com.
Ilvem es una entidad educativa cuya misión es el desarrollo de la mente humana en el marco de la teoría de las inteligencias múltiples (espiritual, emocional, intelectual, creativa, artística, estratégica, corporal, social, comercial, comunicacional y digital).
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