LA MALA NOTA
Estamos en diciembre y la mala nota pueden generar un aplazo y hasta un verano sin vacaciones. ¿Pero qué pasa cuando la mala nota la recibe el país?
El Programa PISA de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), identifica aptitudes de lectura, matemáticas y ciencias en jóvenes de 15 años para evaluar si el sistema educativo los prepara para enfrentar los nuevos desafíos laborales o sociales y para participar en la sociedad del conocimiento.
Las pruebas se tomaron a 400.000 alumnos para verificar la eficacia de las políticas educativas. La Argentina quedó en los últimos puestos del ranking mundial, debajo del nivel que tenía en el año 2000. Decayó en ciencia, matemática, y lectura, ubicándose en los puestos 51, 52 y 53 entre 57 países.
Es que el sistema que fue exitoso dejó de serlo. El país con más librerías y diarios por habitante de la región refleja una gran inequidad: algunos tienen casi todo y muchos nada. Para Sarmiento la "educación para todos" debía preparar a las naciones para el uso de los derechos que no pertenecen a una clase de la sociedad, sino a la condición de hombre.
¿Qué pasó con la mala nota?
¿Fue el neoliberalismo? ¿La TV basura? No, otros países fueron proactivos en la creación del futuro. No se limitaron a esquivar los golpes o a quejarse por lo que no hacían.
Para Einstein es una locura pensar en mejorar haciendo más de lo mismo, así se obtienen los mismos resultados. La solución es cambiar: los padres deben exigir, orientar y apoyar a sus hijos. Los docentes, esforzarse, capacitarse y enseñar. El estudiante estudiar y aprender. El gobierno, diseñar un sistema educativo moderno. Todos: lograr que la educación se convierta en la gran empresa nacional.
El bajo rendimiento refleja el deterioro de la calidad. Para revertirlo hay que democratizar el acceso a la educación, jerarquizar el incentivo material, cultural y el prestigio de ser docente, conformar planes conjuntos en educación y salud, incrementar la carga horaria, el equipamiento y los recursos didácticos, articular escuelas e instituciones científicas, lograr que los gremios docentes no capturen la educación en función de sus intereses, revivir el gusto por estudiar y cambiar la idea de que es difícil, inútil y aburrido, promover la cultura del trabajo, que esforzarse valga la pena y que la educación sea el fundamento del progreso.
Los mejores resultados
La UNESCO propone la Educación de calidad para todos. La gran confianza depositada en el Estado como articulador de políticas educativas hicieron que Finlandia, Corea, Canadá, Nueva Zelanda, Irlanda y Australia, entre otros, se posicionaron entre los mejores. Los estudiantes de esos países pueden analizar datos, evaluar puntos de vista y comunicar argumentos con precisión. En cambio, los que obtuvieron la mala nota no saben usar el conocimiento.
Tenemos que aceptar los resultados de PISA y que nuestros estudiantes llevarán a la universidad su déficit de comprensión y razonamiento. La pérdida es por partida doble: los mejores egresados (los que juegan en primera) se irán a los países desarrollados que les ofrecen mejores oportunidades. Obtener talentos es una obsesión mundial.
Bench marking de la mala nota
Las mala nota juega a favor cuando ayuda a tomar conciencia. Los tests de PISA permiten compararnos con los mejores. No conviene reflejarnos en el espejo latino americano y deducir que estamos bien porque somos iguales. Si todo el mundo anda mal no es bueno estar como todo el mundo.
Confrontar con la excelencia le sirve al país, a sus empresas y a su gente. A nivel país hay que comparar las instituciones, a nivel ciudadanos cómo funcionan sus cerebros.
Lo que es discutible es lo que miden los tests de PISA. ¿Acaso los países ganadores están orientados hacia un mundo mejor? ¿Hay concordancia entre los fines individuales y sociales? Sócrates recomendaba “conócete a ti mismo” lo que implica basar la educación en una orientación interna y sacar de adentro el potencial.
La revolución de la educación
Hoy prevalece la información sobre una formación que desarrolle el genio potencial que traemos al nacer. El cerebro del niño es una página en blanco que escribirá con su educación y la cultura.
Si el sistema es represivo el niño se adaptará. George Bernard Shaw dijo: “el hombre razonable se adapta al mundo, el irrazonable adapta el mundo a él. Todo el progreso depende del hombre irrazonable”. Las pruebas de PISA se ocupan del hombre razonable y dejan afuera al creador.
La fábula de Esopo “La gallina de los huevos de oro”, refleja este mundo enceguecido que corre detrás la riqueza material. Era una gallina que ponía un huevo de oro cada día. Quiso el dueño sediento de riqueza descubrir la mina de oro y entonces la mató. Muerta la gallina, perdió su huevo de oro, y no halló la mina. Mató a la gallina de los huevos de oro.
La metáfora es que los estudiantes matan a la gallina que llevan dentro porque no producen el huevo de oro diario de las buenas ideas. ¿Será que PISA evaluando sólo ciencia, lectura y matemática privilegia al hemisferio izquierdo verbal, racional y conservador olvida al analfabetizado hemisferio derecho, intuitivo, emocional y creador? Aquí la mala nota es para PISA.
Las inteligencias son múltiples
El cerebro, estudiado por las nuevas tecnologías, muestra que cada ser es especial. Hay gente imaginativa, analítica, ejecutiva o social que a su vez puede potenciar su inteligencia espiritual, emocional, creativa, estratégica, ejecutiva, social y digital.
Es posible acentuar la conexión entre el individuo y el equipo enseñando a trabajar en redes cooperativas globales mediante el sistema de alianzas estratégicas múltiples. La verdadera riqueza reúne la diversidad.
La miopía cognoscente es saber que existen formas mejores de educar y sin embargo seguir con lo mismo. La experiencia pedagógica debe transmitir el placer de aprender y las nuevas tecnologías ayudar a superar modelos perimidos y estimular el autoconocimiento.
Una escuela centrada en el individuo indaga sobre las capacidades evitando la tendencia al pensamiento único y al consumismo. Hay sistemas educativos que fabrican pobres porque es funcional a sus gobiernos, quien menos piensa, más obedece. Erich Fromm observó que la libertad tiene sentido sólo si el hombre es capaz de tener pensamientos propios.
Educar va más allá de la didáctica. Es desarrollar destrezas y actitudes que vinculen al adolescente con el mundo. El problema es que no sabe usar su cerebro porque no sabe cómo funciona. Hay que acercarse al know how del alto rendimiento comprendiendo su naturaleza y desarrollándola después. Desconocer la causa de los problemas suele ser la causa de los problemas. Para optimizar el hardware cerebral hay que combinarlo con el mejor software disponible que es la metodología intelectual. Como dijo Nietzche, “los métodos son la mayor riqueza del hombre”.
* Dr Horacio Krell. Director de Ilvem. Secretario de rel. internacionales de UAF Unión Argentina de Franquicias y propulsor de UP Unión de Permutas. Consultas horaciokrell@ilvem.com.
Ilvem es una entidad educativa cuya misión es el desarrollo de la mente humana en el marco de la teoría de las inteligencias múltiples (espiritual, emocional, intelectual, creativa, artística, estratégica, corporal, social, comercial, comunicacional y digital).
Informes en www.ilvem.com o al teléfono 48215411.
|