El pez rápido * por Horacio Krell En un mundo que vive acelerado el pez rápido representa el poder de la inteligencia y el pez gordo el peso de la autoridad. La perfección de una maniobra se mide por su precisión, velocidad y por el efecto que produce. Eficiencia es hacer las cosas bien, efectividad es elegir lo correcto, para ser competitivo hay que combinar ambas virtudes. El tamaño es parte del problema, antes el pez grande se comía al pez chico, hoy triunfa el pez rápido, la celeridad reduce costos y aumenta la experiencia. El que pega primero pega dos veces. El pez rápido supera a los ladrones de tiempo. Los ladrones de tiempo externos aparecen como piedras en el camino, los internos en la manera de pensar, decidir y actuar. El futuro es impredecible porque en su gestación intervienen numerosos e invisible agentes y factores incontrolables como el azar, el clima, etc. Para llegar a tiempo el pez rápido obtiene buena información. Usa la proactividad para detectar hacia dónde va el mundo y la reactividad para responder con rapidez en el momento oportuno. No pierde el tiempo defendiendo sus antiguas creencias, es innovador y se despoja de su ego para aceptar la mejor idea sin que le importe de qué cerebro partió. Como sabe que al predecir puede equivocarse, controla la marcha de sus planes, actúa con celeridad pero sin precipitación. No mira la pelota, intuye dónde estará. No existe el oráculo de Delfos. Churchill dijo una vez que cuánto más atrás se mira más adelante se ve, porque la historia se repite. Para avizorar el futuro el pez rápido conecta el pasado con la actualidad y diagnostica la tendencia. Para alcanzar el objetivo intenta descubrir en qué etapa se encuentra el ciclo del invento y cómo converge con otras tecnologías. Tiene la perspicacia para comunicarlo, desarrolla un modelo de negocios para cubrir una necesidad insatisfecha e intenta que el negocio se consolide en sus manos. En el análisis cuestiona todo, no da nada por hecho. Sabe que vaca se hizo sagrada en la India no por religión sino por su capacidad de generar leche. La lentitud puede hacer quebrar un negocio. Las academias que enseñaban dactilografía cerraban porque que no vieron el mercado de la pc. Miraban hacia dentro pero no la realidad. El pez rápido mira desde afuera para ver el potencial de sus productos y recursos buscando que el cambio interno emule al cambio exterior. Planifica escenarios futuros, tiene empatía, para saber lo que el otro siente y cómo procesa sus elecciones. El pez es el último en darse cuenta que el agua existe porque es su medio natural. Del mismo modo el que se acostumbra a sus hábitos, no advierte los cambios y pierde su tiempo de recuperación. La ventaja del pez rápido no consiste en correr más rápido sino en pensar mejor. Porque como dijo Napoleón: “vísteme despacio que estoy apurado”. * Horacio Krell. Director de Ilvem. Secretario de rel. internacionales de UAF Unión Argentina de Franquicias y Propulsor de UP Unión de Permutas. Consultas a horaciokrell@ilvem.com. Ilvem es una entidad educativa cuya misión es el desarrollo de la mente humana en el marco de la teoría de las inteligencias múltiples (espiritual, emocional, intelectual, creativa, artística, estratégica, corporal, social, comercial, comunicacional y digital). Informes en www.ilvem.com o al teléfono 48215411. |