Un docente mexicano nos hizo llegar una consulta a partir de nuestra conferencia “Conexiones de la memoria”.
Nos decía: “Aquí esta enraizado el concepto de que no hay que estudiar de memoria, y a cada rato lo mencionan, incluso en la Secretaria de Educación. Nosotros luchamos contra ese paradigma. Sin memoria no hay aprendizaje posible. Si bien es cierto que no hay que repetir conceptos sin saber lo que se dice, o sea hay que razonar lo que se lee o estudia, eso es otra cosa, no hay que involucrar a la memoria como algo negativo. A cada rato sale algún especialista por la TV a decir que en México se prioriza la memorización al razonamiento como si fuera algo contrapuesto”.
No es un problema mexicano sino global. Está faltando una buena teoría que ubique a la memoria en su función primordial. Sin memoria seríamos simplemente vegetales, no podríamos pensar, ni sentir, ni actuar. Tampoco podríamos inventar nuestro futuro, seríamos como hojas arrastradas por el viento. Por eso es que mirando hacia atrás podemos decir que somos lo que recordamos.
Conexiones de la memoria. Sin memoria no podríamos ni siquiera leer, lo que sería muy grave, ya que fue el tallado del alfabeto en el cerebro lo que le dio al hombre el liderazgo en el planeta.
Sin memoria tampoco podríamos exponer. El orador debería leer el discurso y perdería su capacidad de comunicación con el auditorio. Las imperfecciones de la memoria llevarían a perder concentración al tener que meditar sobre todo lo que se dice. La memoria también se conecta con la inteligencia, sin memoria no podríamos crear ya que nada surge de la nada. Sin memoria no resolveríamos nuestros problemas. En síntesis la memoria regula del proceso intelectual -se relaciona con todo- pero no debería funcionar en piloto automático
Darse cuenta. Desacreditando a la memoria no se comprende su importancia en el proceso intelectual, no se puede dividir al cerebro en compartimientos cerrados, ya que es un todo superior a la suma de sus partes. No se puede pensar, crear ni aprender sin memoria. Así como aprender no es memorizar, tampoco pensar es razonar. Todo razonamiento es pensamiento pero no todo pensamiento es razonamiento, no toda memorización es aprendizaje. Muchas veces recordamos cosas que no nos sirven y en otras olvidamos un dato clave. Una memoria organizada es como un holograma donde se puede llegar al recuerdo iniciando el trabajo desde cualquier punto.
En la revista Public Library of Science, científicos de la Universidad de Duke, EEUU, relatan cómo descubrieron que los recuerdos y el aprendizaje compiten entre sí para conquistar la atención de la mente. Una especie de conmutador ayuda a pasar rápidamente del modelo rememorativo al de aprendizaje. La mente como el paracaídas solamente funciona bien cuando se abre. Al recordar se restringen las regiones encargadas del aprendizaje, pero un área ubicada en el hemisferio izquierdo acelera el cambio según las necesidades.
Memorizar y aprender no son funciones simultáneas, pero las conexiones de la memoria, su combinación alternativa, permite procesar de manera rápida la información nueva y buscar información anterior para dar una respuesta firme a los problemas.
Capital intelectual. La memoria es el producto del conocimiento, la información y la experiencia y puede convertirse en una memoria estática que no favorece el acceso a la sabiduría. Muchos graduados son incompetentes para la vida perfectamente preparados
Una de las funciones más importantes del cerebro es la producción de ideas. Sin embargo la educación pone el acento en una memoria acumulativa, enciclopedística, una memoria no pensada para pensar. Por otro lado una mentalidad práctica da prioridad a la experiencia, pero no se adquiere experiencia haciendo más de lo mismo, la experiencia devine de resolver problemas distintos.
Para ser sabio no basta con la información, el conocimiento y la experiencia; hay que saber combinarlos. Para producir inteligencia se necesita contar con recursos estratégicos de aprendizaje que dinamicen los universales de la experiencia: los hechos que pasan, los signos que los representan y las ideas que surgen del intercambio.
Sin métodos dejamos al cerebro operando al azar. Cuando murió Einstein los científicos estudiaron su cerebro y detectaron que su rendimiento no tenía que ver con su peso sino con la forma en que lo hacía funcionar, su valor derivaba de las conexiones de la memoria. El hardware cerebral es un recurso democráticamente distribuido, lo que hace la diferencia es el software intelectual.
Basura entra basura sale. Esto demuestra que para aprender necesitamos la memoria y que cuando aprendemos la modificamos, alteramos nuestro capital intelectual. Es malo estudiar de memoria u organizarla al estilo de Funes el memorioso, el personaje del cuento de Borges, quien no podía ponerle límites a su memoria, ni jerarquizar sus elementos y por lo tanto todo le daba igual y acumulaba basura. El peso de la basura lo hacía sufrir tanto que al finalizar el libro se suicida. No pudo aguantar el peso de su memoria.
Nuestro cerebro para evitar el suicidio de la razón borra el 80% de lo que le pasa dentro de las 8 horas posteriores al suceso, esto se llama -curva del olvido-. El problema es que borra tanto lo bueno como lo malo. De aquí surge la importancia del repaso y del archivo, si dejamos que la mente funcione a la buena de dios estaremos perdidos.
La memoria es el capital que si es bien utilizado produce como resultado el aprendizaje. El aprendizaje es el resultado. Con la memoria aprendemos y cuando aprendemos la modificamos.
Para optimizar la relación memoria-aprendizaje los métodos intelectuales poseen una importancia capital. Como dijo Nietzche, los métodos constituyen la mayor riqueza del hombre.
*CEO de Ilvem, Contador Público y Licenciado en Administración de empresas (UBA). Contacto horaciokrell@ilvem.com
* Horacio Krell. Director de Ilvem. Secretario de rel. internacionales de UAF Unión Argentina de Franquicias y Propulsor de UP Unión de Permutas. Consultas a horaciokrell@ilvem.com.
Ilvem es una entidad educativa cuya misión es el desarrollo de la mente humana en el marco de la teoría de las inteligencias múltiples (espiritual, emocional, intelectual, creativa, artística, estratégica, corporal, social, comercial, comunicacional y digital).
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