EL CEREBRO NO SE ARRUGA* *Doctor Horacio Krell
Rita Levi Montalcini nació en 1909. En 1986, obtuvo el premio Nobel de Medicina, por aislar el factor del crecimiento neuronal. Al cumplir 100 años, se mantiene muy activa y lo explica por la plasticidad del cerebro. Pese a que mueren muchas neuronas, crean nuevos caminos porque lo estimula al mantenerlo ilusionado y activo.
El cerebro no se arruga, el cuerpo sí. Esta frase es su marca registrada. Perseguida por ser judía en la 2da guerra mundial, convirtió su dormitorio en un laboratorio. En su libro “El as en la manga” dice que el cerebro es el “as” en el juego de la vida para optimizar la actividad mental. Así la plasticidad cerebral compensa la pérdida de neuronas reorganizando a las que sobreviven. El requisito es conservar la curiosidad, el empeño y la pasión. Su legado es el mensaje surgido de tener clara su misión en la vida.
Hipatía - la sabia Alejandrina - Fue hija de un profesor que quería crear un ser perfecto. La adiestró física y mentalmente. Se convirtió en maestra y se hizo muy popular. Inventó un aparato para medir el nivel del agua y para determinar su gravedad. Hipatía se destacó en Matemática y Astronomía, desdeñaba el misticismo y se centró en lógica y ciencias exactas. Como Rita nunca se casó y dedicó su vida a la ciencia. Fue asesinada por monjes cristianos, acusada de conspirar contra el patriarca cristiano. Es un cruel ejemplo de cómo grandes científicos tuvieron un final trágico a manos de los intolerantes. Hoy como ayer los déspotas hablan al cerebro emocional de las masas, por eso predomina el creacionismo sobre el evolucionismo y el discurso emocional vende más que el racional. Los tiranos apelan a las emociones, no a las razones.
La razón es hija de la imperfección. Es la que ayuda a madurar y a superar la perfección de cuna que trae el animal. El problema no resuelto es la falta de maduración conjunta de las emociones y de las razones. Para Pascal “el corazón tiene razones que la razón no entiende. Esa debilidad de origen produce la resiliencia, la habilidad de soportar la adversidad y salir fortalecido. Lo que no te mata te fortalece. El cerebro del niño al nacer es una página en blanco a completar con la educación y la experiencia. Los bebés no se bastan a sí mismos pero una tortuga recién nacida no depende de nadie. Esa debilidad le brindará la oportunidad. Muchas destrezas superan a las que surgen del instinto o la genética. La habilidad madre es tallar el alfabeto en el cerebro, capacidad mágica que le da a la larga la superioridad sobre todas las especies. Habilidades como imaginar, aprender o razonar, se desarrollan resolviendo problemas. El cerebro madura, pero lo que no se usa se pierde. Para evitarlo hay que estimular las conexiones sin esperar se organice totalmente para saciar la curiosidad y afrontar desafíos. Sería casi una renuncia ya que algunas capacidades se pierden. Hay viejos jóvenes y jóvenes viejos, ricos y avaros, enamorados y sin amor, lúcidos y viejos. El anciano compensa la disminución de su agilidad mental, con la inteligencia cristalizada, una sabiduría que es fruto de la experiencia y del conocimiento. El cerebro cambia con la calidad de vida, una vida aburrida es un seguro de que el cerebro también lo será. Al analizar un hemisferio cerebral hay que tener claro que es la mitad de la estructura de un órgano único de dos partes, no como el riñón donde se puede perder uno y el otro sigue trabajando. Sin la mitad del cerebro se pierde información única y específica que no puede ser reemplazada por la otra mitad. El cerebro es el órgano más organizado y complejo de nuestra anatomía, se desarrolla durante toda la vida, porque durante toda la vida somos capaces de aprender.
El cerebro no se arruga. Cuando murió Einstein se investigó su cerebro. No surgieron diferencias, su peso era el mismo que el de los cerebros comunes. El cerebro de Einstein no valía por su peso sino por la forma en que lo hacía funcionar. Las neuronas que surgen de la experiencia, las que relacionan unas con otras, llamadas células gliales parecían mucho más presentes en su cerebro. Esto marcaría la diferencia entre el hardware, el cerebro físico y la mente como la fórmula con la que opera. Por eso Einstein dijo: hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad. Para aprender sus métodos podemos analizar sus frases: “ Mi cerebro es mi laboratorio, nunca descubrí nada nuevo con mi mente racional. Es una locura querer mejorar haciendo más de lo mismo. Es un milagro que la curiosidad sobreviva a la escuela. Educación es lo que queda después de olvidar lo que se aprendió en la escuela. La formulación del problema es más importante que su solución. Los ideales que me han dado coraje para enfrentar la vida con alegría han sido: la amabilidad, la belleza y la verdad. ¿Por qué esta magnífica tecnología científica, que ahorra trabajo y hace la vida mas fácil, nos aporta tan poca felicidad? Porque aún no hemos aprendido a usarla con tino. El arte es la manera de llegar a las verdades más profundas por el camino más sencillo. No entiendes algo a menos que seas capaz de explicárselo a tu abuela. No podemos resolver problemas pensando como cuando los creamos. La imaginación es más importante que el conocimiento”.
El poder inteligente de Einstein abreva en las dos fuentes, en el hemisferio derecho – el hemisferio del artista- obtiene las ideas, en el izquierdo – el hemisferio del científico- organiza el resultado de la imaginación. Cuando Einstein se atascaba en un problema, tocaba su violín hasta dar con la solución. Tenía una sensibilidad especial y prefería las impresiones sensoriales a las palabras. Para descubrir la teoría de la relatividad se imaginó a sí mismo viajando en la punta de un rayo de luz. El cerebro alude al funcionamiento del sistema nervioso, la mente consciente a la actividad. El cerebro tiene un significado concreto, la mente otro psíquico y abstracto. El pensamiento los combina, ya que, como el pensamiento implica autoconciencia, es una función derivada de la evolución. El cerebro es un todo unitario y el sustrato de la mente. Cuanto mayor sea el conocimiento del cerebro, más sabremos de las funciones mentales y cuando perfeccionemos las funciones mentales a través de la educación y de la gimnasia mental, más rápidamente evolucionará el cerebro individual y el cerebro social. Porque la ciencia sin conciencia social es la ruina del alma.
*CEO de Ilvem, Contador Público y Licenciado en Administración de empresas (UBA). Consultas: horaciokrell@ilvem.com
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