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Las exigencias enseñan, la adversidad estimula la reacción para no seguir pasándola mal. El resiliente es el individuo que se fortalece en la adversidad y como todo puede salir mal, según la famosa ley de Murphy, aprovecha conflictos y amenazas que le depara la vida y sus debilidades de origen o de personalidad como recursos para encarar el cambio.
El principio de base de la resiliencia es que lo que no te mata te fortalece, que no es tan seguro -para lograr el éxito- nacer en cuna de oro. Hay condiciones mínimas que requiere cualquier ser humano, como derechos básicos a la alimentación, vivienda, salud, trabajo, seguridad educación y familia.
Aguante, resistencia, imaginación, son destrezas espirituales e intelectuales. La resiliencia no implica la apología de la pobreza, pero sí desarrollar una mirada no determinista sobre sus causas estudiando cómo superan la adversidad.
La resiliencia estratégica no trata solamente de cómo se reacciona ante una crisis, se recupera de un revés, o se adapta a una situación problemática; sino de un conjunto de procesos de anticipación y logro de un futuro distinto.
Para realizarlo debe superar 4 desafíos: el desafío cognitivo eliminando la negación, la nostalgia y la arrogancia; el desafío estratégico creando abundantes experimentos tácticos pequeños; el desafío político aplicando los recursos donde produzcan mayores retornos; y el desafío ideológico entendiendo que renovarse e innovar son tan importantes como optimizar.
El resiliente posee una actitud proactiva hacia la misión, sabe que el éxito se mide por los obstáculos y que su problema es también una oportunidad. La destrucción creativa – es el método que aplica. Consiste en modificarse uno mismo antes que lo obligue la realidad. La ostra transforma en perla el grano de arena que por error ingresa a su organismo, lo rodea con un líquido que ella misma produce y crea la joya que todos admiramos. El error, la derrota, la pérdida, pueden ser los insumos que se necesitan para el cambio. El feedback continuo con la realidad es lo que impide que errar, perder o equivocarse terminen convirtiéndose en hábitos.
Deseando que tengas un buen fin de semana me despido hasta el próximo boletín.
Dr Horacio Krell, CEO de Ilvem
40 años dedicados a desarrollar y expandir la inteligencia por el mundo.
Consultas a horaciokrell@ilvem.com.
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