"Ardipithecus ramidus" vivió hace unos 4,4 millones de años en Etiopía. Lucy - hasta ahora era el más antiguo de los ancestros humanos- habría vivido después. La nueva era mujer y vivió millones de años antes. Le pusieron "Ardi" y su descubrimiento cambió el conocimiento sobre la evolución del hombre. Chimpancés y humanos evolucionaron de un antepasado común, pero cada uno de manera distinta. En el museo de ciencias naturales de New York reposa Lucy. Medía un metro, tenía manos y ojos vivaces.
Antes se creyó que corazón era el centro vital. Luego Galeno supuso que producía la vida que el cerebro convertía en Espíritu Animal animado, dando lugar al movimiento.
El sistema nervioso se formó por capas agregadas al primitivo cerebro reptiliano. El reptil nace programado, no aprende de la experiencia. El mamífero procrea por parto. Así llegaron los afectos y un nuevo cerebro emocional se montó sobre el anterior.
La corteza cerebral es el último valor agregado, es la cuna del pensamiento verbal. Una falla evolutiva impidió que el cerebro sea más preciso, no imitó a la garra del animal que se convirtió en la mano humana. Pero de este error surgió el hombre, el ser que lucha por armonizar 3 áreas en conflicto: instintos, emociones y pensamientos.
La falla que debemos remediar persiste porque el sistema educativo no enseña a usar el cerebro. Por eso el ser humano es capaz de las acciones más altruistas y racionales, como de las conductas más agresivas y destructoras.
Deseando que tengan una buena semana me despido de ustedes hasta el próximo boletín.
Dr Horacio Krell, CEO de Ilvem
40 años dedicados a desarrollar y expandir la inteligencia por el mundo.
Consultas a horaciokrell@ilvem.com.