Para Bernard Shaw : "el hombre razonable se adapta al mundo, el irrazonable adapta el mundo a él. Todo el progreso depende del hombre irrazonable".
En el film de Guy Ritchie “Sherlock Holmes” el criminal Blackwood fue atrapado por Holmes y condenado por la justicia, pero simula su muerte y engaña a Watson- el médico y entrañable amigo de Holmes- . Logró que sepulten a otro y que todos crean que resucitó por sus poderes mágicos.
El detective se diferencia del científico en que por la naturaleza de su profesión se aparta del paradigma generalizador de la ciencia. Debe basarse en indicios que pueden ser falsos cuando el criminal los prepara para confundir al investigador. Holmes no se deja atrapar y finalmente lo descubre y esta vez le da muerte.
El hombre razonable piensa hacia el futuro, de algunos hechos que observa deriva otros que van a ocurrir, así del trueno anticipa la lluvia. Holmes razona al revés, retrocede desde el hecho ya producido hasta la causa -adivina su origen- y desde allí razona.
La ciencia utiliza el método hipotético deductivo. Comienza con una hipótesis y una vez definida deduce sus consecuencias (deducción).
Luego observa sucesos o los crea mediante la experimentación, con lo que pone a prueba la validez de la teoría (inducción).
Todo razonamiento es pensamiento, pero no todo pensamiento es razonamiento. Lo más importante del arte de pensar es la creación de la hipótesis, la generación de la idea (abducción). Como dijo Platón: “el comienzo es la parte más importante de cualquier trabajo”.
Las cuatro etapas del proceso creador: preparación, incubación, iluminación y acción requieren que el investigador, en cualquier campo del saber, tenga la batería interna que le presta la energía: la inteligencia espiritual. Sin vocación no se puede convertir una idea en un resultado, y la creatividad se reduce a la bohemia que es una pariente lejana de la verdadera creación. Como dijo Edison: “El genio es un 10% de inspiración y un 90% de transpiración”.
El poder inteligente suma el querer más eficacia. El método Holmes puede usarse par enseñar a pensar. La curiosidad es el combustible del aprendizaje del niño que la escuela detiene en su afán socializador. La curiosidad necesita de una metodología para tornarse productiva.
Hasta para usar su propio método la ciencia necesita hacer del misterio un problema, el problema es el motor de la inteligencia. Imitar y superar la capacidad de crear ideas que tienen las mentes brillantes es el cambio que necesita hacer, desde ahora mismo, una nueva educación.
Deseando que tengan una buena semana me despido de ustedes hasta el próximo boletín.
Dr Horacio Krell, CEO de Ilvem
40 años dedicados a desarrollar y expandir la inteligencia por el mundo.