Buenos Aires, Marzo de 2010.
Hoy les hablaré de la importancia de saber observar. Una cosa es la realidad y otra la percepción. Observar es el resultado de una necesidad física, psíquica y espiritual ya que si no existiera interés o motivación, dejaríamos pasar el estímulo sin registrarlo. Observar genera el registro de una experiencia a nivel consciente o inconsciente. La técnica para observar que proponemos permite regular la atención para observar conscientemente. La observación y la memoria contribuyen al desarrollo personal.
Se ha comprobado que la claridad de los objetivos, el compromiso con la verdad y la concentración en los resultados asocian la conciencia con el inconsciente.
La persona que sabe observa lo que nadie ve. Según Pasteur, “el azar favorece sólo a las mentes preparadas”… y dispuestas a aprovechar las oportunidades.
Aprendamos a observar. Se trata de cultivar una actitud de asombro frente al milagro de la naturaleza. Flaubert decía que cualquier cosa observada detenidamente se vuelve maravillosa. Una vez enfrentados al objeto, lo importante es aprender a preguntar: su historia, su proceso de fabricación, la materia prima que lo constituye, etc.
Si al observar ingresamos sólo datos emocionales o, por el contrario, únicamente las abstracciones, disminuirá la calidad de la recepción y la memoria.
El estado mental óptimo para observar se logra mediante técnicas de relajación y concentración. El “estado receptivo” combina una atención flotante (estar preparados) con una acción específica en el acto de la percepción (tener la intención de observar).
La mente como proyector. Toda observación deja una huella de cuya calidad dependerá la reproducción del objeto observado. Su impacto se mide usando nuestra mente como proyector cinematográfico, y comparando las imágenes con la realidad.
Con esta técnica estamos haciendo uso de la imaginación que es la capacidad que tiene la mente de imitar lo real y reproducirlo interiormente. “La imaginación no es más que el aprovechamiento de lo que se tiene en la memoria”. Para imaginar en un mundo dominado por abstracciones es fundamental aprender a observar las formas, colores, sabores, olores y las sensaciones físicas.
La imagen -a diferencia del concepto- nos atrapa por su carácter de cosa viva. El concepto es estático, no posee belleza pues su fin no es estético; tampoco intenta producir emociones. Simplemente, presenta los rasgos esenciales que necesita un determinado objeto para ser tal. Tiene una función utilitaria.
Por el contrario, la imagen es cambiante, posee diversas figuras y colores que producen innumerables sensaciones. Esto es lo que debemos captar a través de la observación y luego proyectarla con ayuda de la imaginación. Y, al actuar sinestésicamente (integrando los sentidos), lograremos ejercitar juntos a los dos hemisferios cerebrales.
En un mundo materialista los conceptos sirven para alcanzar los fines, y la imaginación ocupa un rol subordinado. Hoy, la seguridad que ofrecía el empleo de por vida ya no existe y la imaginación es imprescindible para inventar el futuro.
Observar creativamente. Es generar una diferencia frente a la rutina. La realidad es la misma, lo que cambia es la visión. La mirada creativa captura algo más, lo que el común de la gente no puede ver. Toma como base la observación reproductiva pues ésta le provee de la materia prima que hace factible la creación.
¿Cómo ejercitar la observación creativa? Utilizaremos, al igual que en la descriptiva, la realidad que nos rodea pero buscando el detalle que lo transforme en otra cosa. Intentemos deducir el carácter de las personas que pasan a nuestro lado según su forma de vestir o actuar. Por ejemplo, si una mujer va por la calle bien vestida, calzada con zapatos bajos y lleva un bolso gastado y de gran tamaño como cartera, podríamos decir que pone la practicidad por encima de la estética.
Los viajes cotidianos son otra fuente: un pasajero hace el ademán de levantarse para descender. Si estamos atentos observaremos quién está desesperado por sentarse, quién se dispone a ceder el lugar y quién, maliciosamente, obstruirá el paso al desesperado.
Saber observar, produce resultados inmediatos: en el trabajo puede significar un ascenso; en el estudio, aprender en menos tiempo; y en la vida, conocer mejor a nuestros semejantes. Y a buen observador pocas palabras
Deseando que tengan una buena semana me despido de ustedes hasta el próximo boletín.
Dr Horacio Krell, CEO de Ilvem
40 años dedicados a desarrollar y expandir la inteligencia por el mundo.