Micro Nº 32

Ilvem te enseña a pensar qué es un sistema y qué es el pensamiento sistémico.

Muchas manzanas no forman un sistema porque no interactúan para formar el todo. El pensamiento sistémico estudia, controla  y combina las partes en una síntesis creativa. Pero en el mundo de los sistemas, la tecnología sube por el ascensor y el hombre por la escalera.

¿Cuándo una sistematización es ilegítima? Lo grave es aplicar el pensamiento único a todos los casos, cuando cada uno de ellos hace la diferencia. Si frente a una fórmula encontramos un caso desviado, entonces la fórmula no sirve.

Lo mejor es razonar virtuosamente, con objetividad hasta para rechazar el propio punto de vista, explicando los datos sin acomodarlos y contrastando los supuestos con la experiencia.

¿Se puede predecir cómo funcionará un sistema? Según la ley de Murphy todo lo que puede salir mal va a salir mal: ninguna obra se cumple a término,  nadie brilla siempre y las acciones sufren variaciones.

Para mover un sistema hay que hacer palanca, eligiendo bien el punto de apoyo. No hay construcción sin destrucción creativa y nada fracasa tanto como el éxito por pensar que “así me ha ido bien hasta ahora”.

El futuro depende de mover los recursos y no de la voluntad divina. Por eso, Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza.

Lo importante es  intervenir en los sistemas para inventar  el  futuro, enfrentando la tesis determinista. Son los objetivos  los que crean las opciones y  lo real es  sólo una de ellas. Como decía Disney, conviene crear el propio destino: “si lo puedes soñar lo puedes hacer”.

Para aprender a pensar sistemicamente llamá al 48215411 o escribí a oportunidad@ilvem.com.ar