Micro Nº 23
Este domingo a las 23, en "La hora de la Oportunidad" hablaremos del problema como motor de la inteligencia.
Para que haya un problema, primero, hay que aceptarlo. Pero también, es necesario querer hacer algo al respecto y poder hacerlo; es decir que debe estar a nuestro alcance intelectual. El capital para resolverlo es la memoria, pero si se conoce la respuesta, el problema no existe.
Sin problemas, la vida sería tan aburrida que alguien se encargaría de inventarlos. Su instrumento es el pensamiento que comprende la situación e inventa la solución para actuar en consecuencia. Veamos un problema: Un señor compró un perro y su vecino un loro. "¿El perro, no se comerá al loro?" preguntó uno de ellos.
Un mal día apareció el perro con el loro entre sus dientes, muerto, con signos de violencia. El dueño recordó: "El perro se comería al loro".
Aquí la atención se detuvo sin considerar opciones. Cuando esto ocurre, se confunden hechos con interpretaciones, sin tomar conciencia del automatismo interpretativo ni advertir sus consecuencias. Aristóteles descubrió el marco habitual de los problemas: Proponente, oponente, juez, problema y tiempo. En el relato, el otro vecino contó la verdadera historia: el loro había muerto naturalmente y él lo había enterrado. El perro, que cargó con la culpa, era en realidad amigo del loro al que descubrió muerto. Para no cometer errores y aprender a ser parte de la solución, capacitate para convertir las virtudes del pensamiento en hábitos de tu conducta. Comunicate al 4821-5411 o con oportunidad@ilvem.com.ar, este domingo a las 23.
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