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EL CEREBRO EN EL CORAZÓN Por Horacio Krell*
Pascal planteó que el corazón tiene razones que la razón no entiende. Para jurar llevamos la mano al corazón, al intuir algo sentimos una corazonada, a la bondad la llamamos corazón de oro y cuándo queremos a alguien afirmamos: te amo con todo mi corazón
¿Cómo se conectan el corazón y el cerebro? También el conjunto “Los fabulosos Cadillacs” cuando promediaba la década de los 80 hizo del palpitar del corazón una canción: "Por ese palpitar que tiene tu mirar, yo puede presentir que tu debes sufrir, por esta situación que nubla la razón sin permitir pensar, en que ha de concluir el drama que existe entre los dos, tratando simular tan solo una amistad mientras en realidad se agita la pasión, que envuelve al corazón y que me obliga a callar....yo te amo”. Las investigaciones parecen demostrar que estas cualidades, que hasta hace poco eran sólo intuidas, tienen un fundamento inteligente. Se comprobó que las emociones se conectan directamente con el corazón, que el corazón reacciona rápidamente ante determinados estímulos porque su campo electromagnético es 100 veces superior al del cerebro y que puede tomar decisiones antes que el cerebro se entere. Además el corazón posee un sistema nervioso autónomo que le permite observar, aprender y memorizar.
Por ese palpitar. En su latir el corazón influye sobre el pensamiento y cuando las razones del corazón y del cerebro se combinan estratégicamente mejora el rendimiento global. Las emociones positivas son las que generan un estado de coherencia que aumenta las destrezas de aprendizaje y mejora la salud física y mental. En estado de coherencia se coordinan la presión, los ritmos respiratorios y cardíacos, con las ondas cerebrales. Esta unión asociativa activa un poder inteligente que es el que relaciona al querer con la eficacia. El ritmo cardíaco puede modificarse con la respiración y con la imaginación. Cuando se aprende a coordinarlos se accede a estados que facilitan la conexión inmediata con la tranquilidad y placer. Las técnicas orientales intentan desapegar el corazón de la razón. Sin embargo es posible lograr que la meditación sea pasiva o activa, lograr que la mente se aquiete o que se agite para generar ideas. Las fases que atraviesa el proceso creativo son: 1) Preparación (nada surge de la nada). 2) Incubación (el inconsciente procesa aun durmiendo). 3. Iluminación (las ideas aparecen de golpe). 4. Aplicación (el bohemio calienta la pava mientras que el innovador se toma el mate). Einstein donó su cerebro a la humanidad. Al estudiarlo se comprobó que no era la computadora biológica de un genio y que su punto fuerte era la conectividad, lo que se dedujo analizando el gran volumen de su lóbulo parietal que demostraba la fuerte conexión entre sus hemisferios cerebrales. El cerebro de Einstein pesaba 1.5 kilogramos, lo mismo que un cerebro común, no valía por su peso o por su calidad de origen sino por el modo en el que lo hacía funcionar. La plasiticidad es la capacidad del cerebro de autoformatearse de distinto modo según la actividad que realiza. Einstein era un maestro de la conexión. Sus frases "nunca descubrí nada con mi hemisferio racional”, “la imaginación es más importante que el conocimiento”, “el arte llega a las verdades más profundas por el camino más sencillo", muestran claramente una metodología intelectual basada en la unión estratégica del corazón y el cerebro.
Los círculos de atención. La dupla meditación-atención se potencia aprendiendo a pasar de un estado de conciencia a otro, lo que permite construir mapas mentales creativos sobre cualquier tema. Para que la fórmula funcione y se recicle continuamente es necesario preparar el proceso creador con la lectura y con la escucha. El hombre es el único ser que logró tallar el alfabeto en su cerebro, lo que le brindó una capacidad de comunicación que ninguna especie pudo superar. Cuando la meditación se convierte en una creencia, se detiene el proceso creativo, porque una creencia rígida suspende el pensamiento que es la herramienta que tenemos para resolver problemas. La meditación rompe con la rutina y abre la mente. Pero como en la paradoja de imposible cumplimiento "sé espontáneo", hay que meditar sin reglas fijas, sabiendo que mientras el cerebro analiza con una finalidad estratégica, el corazón sintetiza creando ideas inspiradoras. No se puede vivir con el corazón cerrado ni cultivar un pensamiento sin sentimientos. Los momentos de la creatividad no se pueden programar. Las mejores ideas surgen en la cama, el baño o el colectivo.
Mente sana en cuerpo sano. Para la mente el cuerpo es un protagonista privilegiado, ya que cumple sus deseos y satisface sus necesidades. Así cómo la música depende del instrumento, la inteligencia corporal resuena en las emociones y en las creencias. Si el cuerpo no fuera frágil no existiría temor a caer desde la altura. Mientras tanto la razón es estratégica, planifica hacia fines determinados, es una razón interesada y encarnada en un cuerpo. Hasta la tecnología se adapta: el telescopio más potente debe tener un ocular adaptado del tamaño del ojo. Los ejercicios mente-cuerpo desarrollan la capacidad de evocar poderosas imágenes mentales o sentimientos. Música, rituales, símbolos y hasta la ropa pueden ser anclajes psicofísicos. El ensayo mental interno puede practicarse en cualquier momento para mejorar la potencia, el flujo sanguíneo, la temperatura de la piel, las ondas cerebrales, el metabolismo. Mente sana en cuerpo sano, uno se enferma si se enferma el otro. Lo más destructivo de cualquier enfermedad, es no saber cómo encararla.
La inteligencia social. La inequidad, la pobreza y el desempleo también influyen. Son situaciones de pérdida, como perder el amor de un ser querido, episodios preinfartantes que apartan a la gente de lo que más quiere, producen depresión, falta de entusiasmo o la negación de los problemas. Un país inteligente apuesta por la inteligencia y la educación gratuita brinda igualdad de oportunidades. Finlandia aplica la teoría de las inteligencias múltiples, detecta la inteligencia especial de cada niño e introduce su preferencia en los programas de estudio. El alumno es el protagonista de su aprendizaje. La educación es el reflejo de la sociedad en que se vive y el índice Gini que mide la pobreza es bajo en Finlandia y alto en Argentina. Finlandia es primera en adelanto tecnológico y educación, lo que alienta a su gente a superarse. Como comunidad letrada hace de la lectura un ejercicio permanente de aprender, disfrutar y cultivarse. Finlandia apostó por el factor C –el del conocimiento- al que sumó la experiencia en el camino a la sabiduría. También compatibilizó los valores republicanos ligados a lo nacional y lo social, con los valores individuales de honestidad, lealtad y confianza, para crear una sociedad en la cual cada uno puede ser sí mismo respetando al otro y donde el desarrollo de la persona y de su inteligencia sea el objetivo final de su educación. La experiencia como adultos nos enseña que la mejor herramienta es poder reencontrarnos emocionalmente con nuestra infancia. No podemos cambiar nuestro pasado ni anular sus daños y beneficios, pero sí podemos repararnos. Los maltratos de la infancia, inciden en la adultez y, desde los adultos, en la sociedad. Por eso hay que evitar la pedagogía dura, la de los abusos, ofensas y castigos corporales y abandonar la pedagogía blanda que en nombre del amor, manipula y extorsiona. Como el niño es el padre del hombre aseguremos el futuro de la humanidad con una educación que armonice el querer y la eficacia para concretarlo, con el cerebro frío y el corazón caliente.
* Dr Horacio Krell CEO de ILVEM horaciokrell@ilvem.com |
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